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Cada 22 de diciembre amanecemos con un soniquete que nos transmite un espíritu navideño. Los niños de San Ildefonso, centro educativo que fue internado hasta el año 1975, cantan, cada año, desde hace más de 200, los números de la Lotería de Navidad trasladando un alud de ilusión a la mayoría de los hogares españoles.

El origen del sortero extraordinario de la Lotería de Navidad se sitúa en diciembre de 1812, época de las Cortes de Cádiz. Por aquel entonces, concretamente, el día 18 del último mes del año, el ministro de la Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal, pensó que serviría para aumentar los ingresos de las arcas públicas sin castigar a los contribuyentes. Se inauguró con el nombre de "Lotería Moderna" y no pasó a llamarse "Lotería de Navidad", hasta el 23 de diciembre de 1892.

Como curiosidad cabe decir que el Sorteo de Navidad es único en el año, excepto durante la Guerra Civil española (1938), que hubo dos sorteos. Cada bando celebró el suyo en una sede diferente. Mientras los republicanos eligieron Barcelona, el otro bando se decantó por Burgos.

Hasta 1913, que se instauró el sistema de bolas de madera y bombos que se utiliza hoy en día, los números estaban impresos en papel. Los números eran cantados uno por uno tal y como se hace en un sorteo ordinario: unidades, decenas, centenas, unidades de millar…

Los décimos se hacían en talleres de impresión, hasta que a partir de 1940, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre comenzó a fabricarlos. En el primer sorteo de 1812, quien jugaba a la Lotería de Navidad, participaba con 40 reales por cada décimo, esperando hacerse dueño de los 8.000 pesos que ganaban con el primer premio. El número gordo fue el 03604. Actualmente quien compra un décimo por 20 euros, espera ganar los 400.000 euros correspondientes al primer premio.

Muchas son las anécdotas que se han vivido durante estos dos siglos del Sorteo Extraordinario navideño. Probablemente una de las historias más conocidas ocurrió en 1949. Un malagueño fue a una oficina de Correos diciendo que había soñado que salía premiado el número 55.666. Finalmente y ante la sorpresa de todos los allí presentes, el número gordo correspondió a ese número.

Pero no solamente se puede hablar de sorpresas positivas. Los timos también han estado presentes. La picaresca también forma parte de la historia de la Lotería de Navidad.

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