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El mayor orgullo de nuestra vida, nuestra alegría más inmensa, el amor supremo… eso son los hijos para sus padres. Esos locos bajitos que cantaba Serrat y que nos tienen abducidos totalmente. No es de extrañar, por tanto, que nuestra máxima preocupación sea garantizar su bienestar, desde el momento que nacen y dependen totalmente de nosotros, hasta su futuro, imposible de adivinar. Cuando llegue el momento, ¿querrán estudiar? ¿preferirán trabajar e independizarse? ¿cómo estará la economía general y la nuestra particular de aquí a que nuestros pequeños se hagan adultos? No podemos responder a estas cuestiones, pero sí sabemos que contratar un seguro de ahorro infantil garantiza que, cuando llegue ese momento, nuestros vástagos contarán con un apoyo para comenzar la vida adulta.

¿Compramos una hucha de cerdito para los niños?
Una de las labores más importantes que se nos otorgan con el carnet de padres, es la de educar a esos pequeñajos que dependen de nosotros. Todos, o casi todos, recordamos la hucha del cerdito que nuestros padres, abuelos o tíos nos regalaron para que fuésemos metiendo en ella las monedas que nos sobraban de la paga tras comprarnos unas chuches o, de más mayores, después de ir al cine y tomar un refresco.
Un seguro de ahorro infantil viene siendo más o menos lo mismo que la hucha, pero con la ventaja de que todo lo que en ella metamos se nos devolverá con su parte correspondiente de beneficios.
El futuro de nuestros hijos está plagado de incertidumbres, ya que no sólo dependerá de cómo les eduquemos y les guiemos, viven en sociedad y sumergidos en un sistema social y económico. No podremos prever si cuando nuestro ahora recién nacido cumpla 21 años va a querer estudiar en la universidad o decidirá irse a Estados Unidos a intentar abrirse camino como actor. Puede que haya despuntado como el sucesor de Messi o que sea la mejor chelista de 16 años del Conservatorio más prestigioso. Y la economía mundial puede estar en crisis, nuestra situación económica haber variado… Sea como fuere, su futuro tiene que cimentarse sobre algún tipo de inversión. Se nos ocurren varias circunstancias en las que necesitaremos aportar dinero para su bienestar:

  • Viaje de estudios
  • Comenzar estudios universitarios
  • Ayudas para la independizarse
  • Estudios en el extranjero
  • Pago del carnet de conducir
  • Compra del primer coche

Estas son solo algunas, pero sin duda, cada uno de nosotros podríamos coger lápiz y papel y enumerar varias más.
¿Cómo funciona un seguro de ahorro infantil?
En el momento de su apertura, se abonará una prima y se establecerán las siguientes. También se nos informará de los beneficios que obtendremos con ese capital.
Si durante el tiempo de vigencia del seguro queremos hacer aportaciones extras en momentos puntuales, como cuando de repente un amigo nos invitaba a pipas y esa moneda sin gastar iba a alimentar al cerdito, pues lo haremos y, desde ese momento, ese dinero también comenzará a generar beneficios.
¿Qué ocurre si surgen imprevistos y necesitamos el dinero antes?
Si debido a algún imprevisto o simplemente porque cambiemos de opinión, necesitamos recuperar el dinero depositado en el seguro, se puede hacer sin problema a partir de los dos años de la firma de la póliza. Si es de manera parcial, se nos revisarán las condiciones respecto al capital que dejemos en el seguro, y si es de manera total, el contrato quedará anulado.
Una buena forma de enseñar a nuestros hijos a ahorrar para ir haciendo aportaciones al seguro y una manera extraordinaria de calmar la inquietud de los padres por el futuro de sus, ahora, pequeños.

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