Área privada

"Hemos tomado la decisión de aumentar la familia, lo tenemos clarísimo, queremos un nuevo miembro en ella, al que cuidar, mimar y darle todo nuestro amor…" y entonces llega el día en el que nuestro nuevo perro atraviesa la puerta de casa para reivindicar su lugar en ella.

Seguramente no hemos sido capaces de imaginar el amor que vamos a sentir y en cómo nuestro peludito se va a convertir en uno más. Una cosa que debemos tener clara desde ese momento es que, como un miembro de la familia (y de la sociedad) debe estar educado para poder convivir con el resto, evitarnos futuros problemas e incomodidades en el hogar y en la calle y, como recomendación, tener un seguro de mascotas suscrito porque, un perro educado y seguro, es un perro feliz… y su familia también.

¿Qué es lo esencial que nuestro perro debe aprender al llegar a casa?

Ya lo tenemos aquí, es un cachorrito adorable o un perrito adulto que hemos rescatado de la protectora, da igual: para nosotros es el más bonito y listo del mundo, y, probablemente, sea así, pero debemos tener muy presente que un animal a nuestro cuidado es nuestra responsabilidad.

Debemos garantizarle un bienestar físico, paseos, comidas, aseo, cuidados médicos y todo aquello que precise. También cuidaremos del aspecto emocional dándole todo el cariño y carantoñas que podamos para hacerle sentir querido, lo que nos reportará a nosotros también una felicidad extraordinaria. Pero no solamente tenemos que estar pendientes de estas facetas; debemos proporcionar a nuestra mascota una educación básica para poder convivir todos en casa y para convertirle en un ser sociable que podamos pasear por la calle sin temor a que ataque a personas u otros perros.

Lo ideal siempre sería contratar a un profesional. Hoy por hoy, es fácil encontrar un adiestrador canino que se adapte a nuestra filosofía de vida y a nuestra manera de ver el tema de la educación, así que se trata de buscarlo y trabajar en equipo con él. No olvidemos que el perro es nuestro y somos nosotros los que tenemos que hacerle cumplir las órdenes, el adiestrador le educará a él y trabajará con nosotros para indicarnos cómo conseguir que nuestro amigo llegue a comportarse de una manera adecuada.

¿Qué sería lo óptimo? Educar al can cuando es cachorro. Sin embargo, los perros mayores también pueden aprender y, con esfuerzo, paciencia y dedicación, podemos conseguir que modifiquen conductas o hábitos adquiridos que no nos satisfacen (hacerse pis en casa, ladrar como un poseso cuando suena el timbre, lanzarse en ataque a otros perros…).

En estos últimos casos sí que recomendamos la ayuda profesional fehacientemente porque va a ser un pelín más complicado que en el caso de un cachorro. Si el perrito aún es pequeño, podemos intentar enseñarle nosotros mismos las órdenes básicas como pueden ser, entre otras:

  • Atender cuando se le llama por su nombre.
  • Prestar atención.
  • Caminar sin tirar de la correa a distintos ritmos y haciendo cambios de dirección.
  • Acudir a la llamada.
  • Sentarse.
  • Tumbarse.
  • Obedecer al alto.
  • Aprender a jugar.
  • Obedecer cuando se le mande ir a su cama, a comer, etc.

La importancia del adiestramiento

Ya sea con un adiestrador o si lo hacemos nosotros mismos, los perros necesitan disciplina, por lo que debemos ser constantes, desarrollar los límites de nuestra paciencia y, como norma grabada a fuego, nunca hacer daño al animal para que nos obedezca, jamás.

Hay que tener muy claro qué se quiere conseguir, puede ser que el objetivo sea que nuestro colega respete las normas básicas de convivencia o ir un poco más allá según las capacidades del perro o las necesidades que tengamos. Podemos elegir que no nos importa que se suba al sofá o que no queremos que esté en él. Eso está en nuestra mano y debemos decidirlo antes de empezar a educarlo porque él debe saber a qué atenerse, no podemos cambiar las reglas a cada momento.

Hay que usar siempre refuerzos positivos y recompensas, usando el tono de voz según nos guste o no lo que haga, pero nunca gritando. Utilizar palabras cortas y con un solo significado es algo que ellos agradecen muchísimo.

Lo mejor, como decíamos, es dejarnos guiar por los profesionales, preguntar todas nuestras dudas y desvelos, ya sea a un adiestrador o a un veterinario en última instancia. Ellos nos hablarán de la conveniencia o no de introducir técnicas de educación como los silbatos, clickers, etc. Cada perro es un mundo y no se pueden dar ideas generalizadas de cómo actuar con él a la hora de educarlo.

Para ponerlo todo más fácil, Santalucía ofrece sus seguros para perros, con los que no sólo estamos protegidos en caso de problemas con nuestros compañeros de casa, también contamos con un servicio de asesoramiento telefónico 24 horas en el que podemos obtener información sobre todos los servicios necesarios para ellos, desde guarderías a veterinarios de urgencias pasando por servicios de asesoramiento. Para que nosotros solo tengamos que dedicarnos a disfrutar de este miembro de la familia que se gana por derecho nuestro cariño y un lugar privilegiado en nuestra casa.

5 hoteles en España para viajar con tu mascota
Cómo identificar si tu perro tiene cataratas