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La leishmaniosis es una enfermedad causada por un parásito llamado Leishmania. Este se transmite por medio de la picadura de un mosquito del género Phlebotomus.

Hoy, desde Santalucía queremos ayudarte a que reconozcas si tu mascota sufre la enfermedad y los pasos que debes seguir.

Síntomas y tratamiento de la leishmaniosis

Si has notado que tu mascota ha perdido pelo, sobre todo alrededor de los ojos, orejas y el hocico; y si, además, a pesar de que tiene apetito, has notado que ha perdido peso y padece atrofia muscular; probablemente esté infectado de leishmaniosis.

En las áreas donde el perro está en contacto con el suelo al tumbarse o sentarse, es habitual que tenga heridas. Es muy importante que actúes: cuando el cuadro se vuelve crónico, éste se complica, en la mayoría de los casos, con síntomas relacionados con insuficiencia renal. La leishmaniosis puede causarle la muerte si no recibe tratamiento inmediato y vigilancia posterior.

Es necesario que lleves a tu perro al veterinario para realizarle un diagnóstico firme a partir de pruebas serológicas, análisis de sangre, biopsia de piel o citología de la médula ósea.

Debes saber que la leishmaniosis canina es una infección que, hoy en día, no tiene cura, pero los medicamentos disponibles pueden alargar y mejorar la calidad de vida de tu perro, provocando, incluso, que no perciba la enfermedad. Eso sí, es muy importante que tengas en cuenta, que como es una enfermedad crónica, tu mascota puede llegar a tener recaídas. Tu mascota necesitará una vigilancia constante.

Los tratamientos que se le administrarán serán fármacos llamados antimoniales pentavalentes: metilglucamina y estibogluconato sódico, cesiastes, anfotericina B, la pentamidina y el ketoconazol. Estos medicamentos, que no son muy baratos, se le aplicarán a tu can mediante inyección o por vía oral. Y servirán para mejorar mucho la calidad de vida de tu mejor amigo. ¡Ayúdale!

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