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Por todos es sabido que un excesivo consumo de azúcar es perjudicial para nuestra salud. Además de provocar un aumento significativo de nuestro peso, su ingesta en cantidades mayores que las recomendadas también se relaciona con problemas cardíacos, un sistema inmunológico debilitado, la adicción a la dopamina, el cáncer o la diabetes.

Para evitar los azúcares debemos cambiar radicalmente nuestros hábitos alimenticios, sobre todo si nos encanta comer dulces y estamos ya acostumbrados al falso sentimiento de felicidad que nos produce la ingesta de azúcar, con el correspondiente bajón anímico a posteriori.

Los expertos recomiendan no superar un consumo diario de 25 gramos en mujeres y 37 gramos en hombres. Sabemos que eliminar por completo el consumo de azúcar de nuestra alimentación es imposible ya que se encuentra presente de forma natural en multitud de alimentos, incluso en algunos saludables como las frutas.

Pero lo cierto es que, en estas últimas, el tipo de azúcar nada tiene que ver con el refinado o industrial que está presente en la mayoría de alimentos procesados del mercado y que no aportan ningún tipo de valor nutricional a nuestro organismo.

Por ello, queremos ofrecer los mejores trucos y consejos para reducir al máximo el azúcar de nuestra alimentación y conseguir obtener una nutrición mucho más saludable.

Evitar el consumo de bebidas azucaradas, salsas y postres industriales

Un consumo continuado de sodas, bebidas energéticas, deportivas o ‘saludables’ como zumos de frutas y batidos, podrían hacernos aumentar de peso además de poner en riesgo nuestra salud debido al elevado nivel de azúcar que contienen. Por ello, basta con reemplazar este tipo de bebidas por las realmente saludables como agua, infusiones o café, siempre sin añadirle azúcar, por supuesto. 

Por su parte, existen gran cantidad de salsas culinarias y diversos postres ya preparados que contienen elevados niveles de azúcar. Debemos fijarnos sobre todo en las etiquetas de este tipo de alimentos industriales y veremos lo poco sanos que resultan. En su lugar, podemos optar por preparar nosotros/as las salsas o postres de forma casera, para así utilizar ingredientes mucho más saludables y libres de azúcar.

Cuidado con los alimentos enlatados

Los alimentos envasados en lata o conservados herméticamente pueden ser una solución útil y barata a la hora de preparar la comida en nuestro día a día. Sin embargo, estos productos suelen contener gran cantidad de azúcar añadido, por lo que será conveniente leer con atención cada etiqueta antes de comprar el producto.

Lo mejor en estos casos sería decantarnos por productos frescos que, aunque nos den más trabajo a la hora de prepararlos y su tiempo de conservación sea menor, constituirán la opción más saludable para nuestro organismo. Además, aumentar el consumo de grasa y proteínas reducirá nuestro hambre, consiguiendo así que reduzcamos la ingesta de alimentos provocada por el excesivo consumo de azúcar.

Fuera el azúcar en el desayuno

Los cereales que se comercializan específicamente para el desayuno como un alimento sano y nutritivo, en realidad no lo son ya que poseen enormes cantidades de azúcar. Por ello, en su lugar deberíamos empezar a consumir otras opciones más saludables como los huevos, el aguacate o el yogur griego natural. Además, sustituir el azúcar por edulcorante natural en nuestros cafés mañaneros también contribuirá a una ‘desintoxicación’ del azúcar mucho más sencilla.

Eliminar el azúcar que tengas en casa

Si mantenemos a la vista alimentos con alto contenido en azúcar en nuestra casa, las probabilidades de acabar sucumbiendo a sus ‘encantos’ aumentarán considerablemente. Por eso, la mejor manera de eliminar la tentación es no tenerla delate. Debemos asegurarnos de eliminar no solo el azúcar refinado sino también todos aquellos dulces o alimentos que contengan altos niveles de esta sustancia. 

Dormir 8 horas

Unos buenos hábitos de sueño son imprescindibles para mantener un óptimo estado de salud. Existe gran relación entre la obesidad y las horas que dormimos cada noche ya que la falta de sueño continuada provoca que nos decantemos por alimentos altos en calorías para compensar ese déficit. Por eso, el mejor remedio es aprender a controlar nuestro sueño, que nunca debe ser menos de 7 / 8 horas para que así no nos resulte difícil escoger el alimento más saludable en cada ocasión.

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