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Hoy por hoy, la diabetes constituye un serio problema de salud pública en España, hasta tal punto que nuestro país es, con una tasa del 14,8 %, el segundo a escala europea con mayor prevalencia de esta enfermedad metabólica, según los datos más recientes compilados por la Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Sanidad.

Una patología endocrina crónica, ya sea de tipo 1 o tipo 2 (la más común), caracterizada por un alto nivel de glucosa en sangre (hiperglucemia) y, a su vez, un problema para que nuestro organismo produzca y utilice la insulina que genera. Consecuentemente, este trastorno puede desembocar con el tiempo en graves complicaciones de salud (enfermedades cardiovasculares, daños renales, lesiones neurológicas, etc.).

En este escenario, muchos pacientes desarrollan una afección grave conocida como cetoacidosis diabética (CAD), que puede poner en riesgo la vida si no se trata a tiempo. De ahí la importancia crucial para los pacientes diabéticos y sus familias de entender los síntomas, causas, métodos de diagnóstico y opciones de tratamiento disponibles. En este artículo, desglosamos todo lo que necesitas saber sobre la cetoacidosis diabética.

Qué es la cetoacidosis diabética

La cetoacidosis diabética se produce cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa como fuente de energía debido a la falta de insulina, la hormona segregada por el páncreas necesaria para controlar el azúcar. En su lugar, el hígado descompone las grasas para obtener ese ‘combustible’ funcional, produciendo como subproducto unas sustancias ácidas denominadas cetonas o cetoácidos.

Durante este proceso, común entre aquellas personas que padecen diabetes mellitus tipo 1 (factor de riesgo), incapaces de generar insulina para satisfacer las necesidades metabólicas esenciales del organismo, la acumulación de estas cetonas en la sangre y orina hace que el pH se vuelva ácido, lo que puede desembocar en complicaciones agudas e incluso la muerte si no se trata adecuadamente.

En este sentido, es importante no confundir la cetoacidosis diabética con la cetosis ‘voluntaria’ que se persigue al practicar una dieta keto o dieta cetogenética. Así, este conjunto de hábitos alimentarios terapéutico estaría sustentado sobre la base de una alimentación baja en hidratos de carbono (carbohidratos) y rica en lípidos y grasas saludables. En cambio, a pesar de presentar unos niveles algo más elevados de cetonas en sangre, estos no son lo suficientemente altos para que se considere cetoacidosis.

Fisiopatología de la CAD

A la hora de analizar las alteraciones que surgen en el organismo humano causadas por la cetoacidosis diabética, encontramos fundamentalmente:

  • Producción de cetonas: el déficit y ausencia de insulina impide la entrada de glucosa en las células, forzando al cuerpo a descomponer las grasas y produciendo cetonas. Como hemos visto anteriormente, una alta concentración de cetonas en la sangre (hipercetonemia) provoca que ésta sea muy ácida.
  • Acidosis metabólica: las cetonas son ácidos que, al acumularse, disminuyen el pH de la sangre, causando un desequilibrio conocido como acidosis metabólica, que puede conducir a otros trastornos de salud (insuficiencia renal, osteoporosis, etc.).
  • Desequilibrio electrolítico: la acidosis y la hiperglucemia (niveles elevados de glucosa en sangre) provocan la pérdida de electrolitos esenciales como potasio, sodio y cloro.

Causas y factores de riesgo

Generalmente, la aparición de este trastorno guarda una relación directa con la presencia de unos niveles descontrolados de azúcar en la sangre durante un periodo de tiempo prolongado. Esto es, con la diabetes mellitus. En especial, con la diabetes tipo 1. Por tanto, como factor predisponente, observamos como la CAD es más común en este tipo de pacientes como consecuencia de la falta absoluta de insulina.

Sin embargo, la cetoacidosis diabética puede desencadenarse por otras razones:

  • Infecciones frecuentes (urinarias, neumonías, etc.) pueden aumentar la demanda de insulina del cuerpo, desencadenando una CAD.
  • Mal control del tratamiento indicado en la condición de paciente diabético. La gestión inadecuada de los niveles de glucosa en sangre incrementa el riesgo de padecer esta afección. Por tanto, saltarse la administración de las dosis de insulina prescritas en el tratamiento o hacerlo de manera incorrecta puede llevar rápidamente a una cetoacidosis diabética.
  • Estrés fisiológico. Enfermedades (un ictus, una pancreatitis, etc.), cirugías o eventos estresantes pueden incrementar los niveles de hormonas contrarreguladoras, empeorando la diabetes.

Asimismo, los excesos alimentarios, el consumo de alcohol y drogas, un embarazo, problemas de hipertiroidismo, el uso de determinados medicamentos (corticoides y diuréticos, fundamentalmente)… son otros factores precipitantes de este síndrome a tener en cuenta.

Medir la glucemia (medida de concentración de glucosa libre en la sangre) es una práctica fundamental para el control de la diabetes.

Síntomas y signos de advertencia

Como en la práctica totalidad de los problemas relacionados con la salud, la prevención es determinante a la hora de enfrentarse a la cetoacidosis diabática. Anticiparse nos ayudará, en gran medida, a frenar su avance y atenuar sus efectos negativos. Reconocer los síntomas tempranos de la CAD es crucial para buscar atención médica oportuna.

Síntomas comunes

La sintomatología más frecuente para determinar la existencia de una cetoacidosis diabética viene determinada por niveles altos de glucosa en sangre y cetonas (en sangre y orina).

No obstante, podemos encontrar otros síntomas o indicios que apunten a la existencia de este trastorno metabólico. Entre otros:

  • Poliuria (aumento de la producción de orina y micción frecuente) y polidipsia (sed excesiva).
  • Fatiga y debilidad general, con una sensación constante de cansancio.
  • Dolor estomacal y abdominal que, en ocasiones, puede llegar a ser severo.
  • Vomitar o sentir la necesidad de hacerlo.

Signos de alerta

Otros síntomas de la cetoacidosis diabética vienen determinados por:

  • Respiración de Kussmaul. Patrón caracterizado por respiraciones profundas y rápidas, hiperventiladas, que constituyen un intento del organismo de compensar la acidosis.
  • Aliento afrutado o con olor a frutas, debido a la presencia de cetonas que expulsamos al respirar.
  • Confusión y desorientación: alteraciones mentales que indican que la CAD está avanzando.

En su estado más avanzado, la cetoacidosis diabética puede evolucionar hasta alteraciones del nivel de conciencia (coma diabético) y la muerte.

Diagnóstico y evaluación médica

De vuelta al dicho popular, “más vale prevenir que curar”. Por ello, el diagnóstico temprano, precoz, de la cetoacidosis diabética es vital para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones futuras capaces de poner en jaque nuestra vida.

En este caso, para diagnosticar la causa de la cetoacidosis diabética, podemos recurrir en primera instancia a un examen físico y una analítica de sangre.

Pruebas diagnósticas

  • Glucosa en sangre. Los niveles altos de glucosa en sangre son indicativos de CAD.
  • Cetonas en orina o sangre. La presencia de cuerpos cetónicos deriva en niveles elevados de acidez. Por ello, puede ayudar a localizar esta afección en un estadio temprano, clave a su vez para prescribir un tratamiento inmediato que contenga el problema.
  • Gasometría arterial (GSA). Analítica practicada en la arteria radial de la muñeca con la que se mide la cantidad de oxígeno, dióxido de carbono y acidez en la sangre. Es una prueba determinante para evaluar la acidosis y el equilibrio ácido-base del paciente.

Una radiografía de tórax y un electrocardiograma para comprobar los registros de actividad eléctrica del corazón son otras de las evaluaciones complementarias que se pueden realizar para diagnosticar este trastorno.

Criterios clínicos bioquímicos

  • pH sanguíneo bajo. Un pH inferior a 7.3 indica acidosis.
  • Bicarbonato sérico bajo. Unos niveles bajos de bicarbonato confirman la acidosis metabólica.
  • Anion gap elevado. Una brecha aniónica (la diferencia entre los cationes y aniones medidos en suero, plasma u orina) alta es típica en la CAD.

Si bien la CAD es menos frecuente en pacientes con diabetes tipo 2, este trastorno puede desarrollarse en personas con un nivel descontrolado de azúcar en sangre durante un periodo de tiempo prolongado, una enfermedad grave o una infección severa.

Tratamiento y gestión médica de la cetoacidosis diabética

Un cuadro de cetoacidosis diabética requiere atención médica urgente y una gestión hospitalaria intensiva. Por ello, una vez se haya determinado dicho trastorno en función de la aparición de unos síntomas y un diagnóstico médico confirmado, será necesario proceder a su tratamiento, adoptando para ello una serie de medidas.

Opciones de tratamiento

  • Rehidratación y fluidoterapia. Administración de líquidos y soluciones fisiológicas intravenosas para corregir la deshidratación.
  • Insulinoterapia. La terapia basada en la infusión de insulina intravenosa para detener la cetogénesis y reducir los niveles de glucosa y cetonas.
  • Corrección de electrolitos. Reposición de electrolitos perdidos (minerales presentes en la sangre encargados de transportar carga eléctrica), especialmente potasio. Así evitaremos otros posibles desequilibrios corporales.

Una vez el paciente es ingresado en un hospital como consecuencia de una cetoacidosis diabética, el tratamiento pasa, fundamentalmente, por:

  • Monitorización continua de su estado, basada a su vez en la vigilancia y control constante de los niveles de glucosa, cetonas y electrolitos.
  • Cuidados intensivos. En episodios agudos, el paciente puede requerir ingreso en una unidad de cuidados intensivos.

Prevención

¿Es posible prevenir la cetoacidosis diabética? La respuesta es sí. En primer lugar, observando nuestro estado de salud general. Una buena manera de hacerlo pasa por controlar los niveles de glucosa, en especial si nos sentimos enfermos o especialmente estresados.

Además, si se da el caso de que somos personas diabéticas, es fundamental que en el marco de esta estrategia preventiva estemos muy atentos a la evolución de la patología. Para ello, lo mejor será:

  • Adherencia al tratamiento, siguiendo rigurosamente el plan de dosis de insulina y medicamentos prescritos por un facultativo. Asimismo, seguir una dieta balanceada y equilibrada; y practicar actividad física con regularidad, ayudarán a mantener a raya los niveles de glucosa para cumplir este propósito.
  • Monitoreo médico regular, chequeando con frecuencia los niveles de glucosa en sangre y cetonas en la orina. Los chequeos practicados por endocrinólogo servirán para que el profesional paute ajustes en el tratamiento
  • Educación del paciente, conociendo con detalle los signos tempranos de la CAD y la manera de responder ante ellos.

Diabetes, cetoacidosis diabética y tu seguro de Salud

Como habrás observado, hablar de diabetes significa hacerlo de una patología crónica que precisa atención médica constante y ciertos cuidados especiales. Por ello, una póliza de Salud puede ser una gran aliada para hacer frente a esta dolencia y mejorar tu calidad de vida.

Las coberturas incluidas en el seguro de Salud de Santalucía te permitirán acceder a consulta con endocrinólogos, dietistas y especialistas en nutrición, bienestar y hábitos de vida saludable con los que realizar un seguimiento continuado de tu enfermedad.

En resumidas cuentas, la cetoacidosis diabética es una complicación grave pero prevenible con el conocimiento y gestión adecuada. Entender los síntomas, causas y tratamientos es vital para los pacientes diabéticos y sus familias. Al mismo tiempo, mantener una vigilancia constante y adherirse a la terapia puede prevenir este trastorno y asegurar una vida saludable y equilibrada.

FAQs sobre cetoacidosis diabética

¿Qué es la cetoacidosis diabética?
La cetoacidosis diabética es una complicación grave de la diabetes que ocurre cuando el cuerpo produce altos niveles de cetonas debido a la falta de insulina.

¿Cuáles son los síntomas de la cetoacidosis diabética?
Los síntomas incluyen sed excesiva, micción frecuente, fatiga, dolor abdominal, respiración rápida y aliento con olor a frutas.

¿Cómo se diagnostica la cetoacidosis diabética?
Se diagnostica mediante pruebas de glucosa y cetonas en sangre y orina, además de una gasometría arterial para evaluar la acidosis.

¿Cuál es el tratamiento para la cetoacidosis diabética?
El tratamiento incluye rehidratación, infusión de insulina y corrección de electrolitos, generalmente bajo supervisión hospitalaria.

¿Es posible prevenir la cetoacidosis diabética?
Sí, con un manejo adecuado de la diabetes, monitoreo regular de la glucosa y educación del paciente sobre los signos tempranos de CAD.

¿Por qué es más común en personas con diabetes tipo 1?
Es más común en la diabetes tipo 1 porque estos pacientes no producen insulina, lo que hace más probable la acumulación de cetonas si no se administran las dosis adecuadas de insulina.

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