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Alguna vez te ha pasado que piensas que en tu cuenta bancaria hay menos dinero del que esperas. ¡Seguro que sí! Por desgracia es algo muy habitual que nos pasa a muchos.
Para intentar evitar este momento de asombro al ver el saldo de tu cuenta bancaria, existen muchos métodos que nos pueden ayudar a controlar los gastos.  

Métodos de control

Existen tantas maneras de organizar tus gastos como personas. A cada uno de nosotros, nos gusta hacer las cosas a nuestra manera: llevar “las cuentas de la abuela”, utilizar una aplicación móvil, sacar extractos de cada movimiento, sacar el dinero de la cuenta, desviar dinero de gastos a una segunda cuenta… ¿Cuál utilizas tú?

  • Vamos a ver algunos de los más utilizados.  “Las cuentas de la abuela” 

El método por excelencia de toda la vida. Anotar en un libro todos los gastos que tenemos a lo largo del mes y, cómo no, todos los ingresos. De esta manera sabremos qué cantidad de los ingresos gastamos en qué cosas.

El truco de sumas y restas de toda la vida, no falla.

  • Aplicaciones móviles 

Otra manera de llevar un control de los gastos es mediante la utilización de las diferentes aplicaciones móviles que tienes disponibles. La mayoría de ellas te dejan añadir los gastos que has tenido durante un mes y agruparlos por categorías, para así saber en qué gastas el dinero.

Existen también, otras aplicaciones móviles como iContigo con las que puedes ahorrar en los gastos del día a día, gracias a los descuentos que pone a tu alcance. Cientos de comercios de tu ciudad suben cada día descuentos nuevos para que los utilices tanto en productos como en servicios.

  • Apartar dinero 

Es también un método de toda la vida. Cuando recibes el ingreso de tu nómina sacas de la cuenta corriente una cantidad que se destinará a los gastos de ese mes. Lo ideal de este método es hacer bien los cálculos y luego no sacar más dinero, para así conseguir gastar lo que tenemos estipulado.

  • Enviar dinero a otras cuentas 

Cada vez más personas tienen varias cuentas en un mismo banco o en diferentes. La idea de este método es tener establecido una cantidad fija todos los primeros días de mes que destinaremos a otra cuenta o bien por ahorrar ese dinero o por gastar solo esa cantidad.

Cómo repartir el dinero entre las cuentas lo eliges tú. Una buena opción es tener una cuenta de ahorro en la que cada mes metas una cantidad fija, otra cuenta de gastos que utilices para hacer las compras diarias y para pagar los recibos mensuales.

Como te decíamos al principio estos son solo unos de los muchos ejemplos de los métodos que puedes utilizar para gestionar tus gastos y, cómo no, los ahorros.

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