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Con motivo del Día Mundial del Consumidor queremos hacer un análisis de cómo nos comportamos los consumidores hoy en día y de cómo debería ser nuestra evolución.
Actualmente vivimos en un mundo en el que tenemos a golpe de un solo clic cualquier producto de cualquier parte del mundo y en el que los tiempos de espera se han acortado. Gracias a Internet y a los nuevos canales, los compradores de hoy buscan la inmediatez y la rapidez en los procesos de compra.
Esta nueva forma global de comprar tiene sus ventajas, pero también ciertos inconvenientes. El problema más grande que surge de este nuevo modelo de consumo es la huella ecológica que estamos dejando en el planeta. Hoy en día estamos consumiendo los recursos a una velocidad muy por encima de lo permitido. Esto quiere decir que estamos acabando con las reservas de los recursos naturales sin dar la opción a que se regeneren o a buscar fuentes alternativas.
Las consecuencias de estos modelos de producción y consumo son nefastos para nuestro planeta. Por este motivo, muchas empresas y consumidores ya optan por una vía de consumo responsable o sostenible que ayuda a conservar el planeta y a los que viven en él.
La ONU es consciente de este problema y por ello ha dedicado uno de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible a la “producción y el consumo responsable”, exactamente el número 12. Con él se pretende garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
El plazo para llegar a la meta es el año 2030. Para poder conseguirlo se necesita que se involucren todos los agentes que forman parte del proceso, empezando por la producción hasta llegar al consumidor pasando por los gobiernos e instituciones que regulan la legislación.

¿Qué es el consumo y la producción responsable?

La producción y el consumo responsable o sostenible se basan en fomentar el uso eficiente de los recursos, facilitar el acceso a los servicios básicos, crear empleos dignos y mejorar la calidad de vida de todas las personas.

¿Qué podemos hacer para reducir la huella medio ambiental?

Lo primero y más importante es la concienciación de todos los agentes implicados.

Como consumidores:

  • Reducir desechos: comprar de manera consciente para evitar desechar productos perecederos que se pongan malos.
  • Reciclar y reutilizar: siempre que sea posible se debe comprar productos que se puedan reciclar y reutilizar.
  • Consumir de forma consciente: antes de comprar cualquier tipo de producto o servicio se debe analizar y reflexionar sobre ciertos aspectos como si se puede reciclar una vez se termine la vida útil, si es reutilizable, si la empresa cumple con los derechos de los trabajadores y con la igualdad, si utiliza procesos de producción sostenibles, etc.

Como empresas:

  • Buscar nuevas formas de producción: las empresas deben encontrar otros métodos de producción que no impliquen el malgasto de los recursos naturales limitados de los que dispone el planeta.
  • Inculcar el consumo responsable en los consumidores: se debe dar ejemplo a los consumidores en materia de producción y consumo responsable. Por este motivo, las empresas deben buscar la manera de motivar al consumidor para que realice compras responsables.

Hoy es un buen día para comenzar a reflexionar sobre cómo compramos y cómo son los procesos de producción. Darnos cuenta de que los recursos son limitados y comenzar a actuar de manera consciente y consecuente para conseguir el objetivo final: mejorar la calidad de vida de las personas.

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