El estrés financiero es algo que afecta a todo el mundo en algún momento de su vida. Quién no se ha preocupado por llegar a fin de mes, un gasto imprevisto, la pérdida del empleo. Estas son algunas de las causas que puede provocar el temido estrés financiero.
¿Cómo nos afecta?
Una de las formas en que se manifiesta el estrés financiero es a través de la ansiedad. Genera una sensación de impotencia por no saber si se podrá llegar a fin de mes o si se podrá hacer frente a todos los gastos previstos. No tener el control de la situación provoca que muchas personas pierdan el control y puedan caer en otros vicios que, lejos de ayudar, empeoran la situación.
Otra de las maneras en las que se manifiesta el estrés financiero es a través del cerebro. Cuando se sufre este tipo estrés, el cerebro se pone en situación de alerta y su objetivo principal es encontrar seguridad. Lo que puede provocar que se tomen decisiones rápidas y no muy acertadas.
El estrés también puede llegar a provocar enfermedades cardiovasculares y puede aumentar el riesgo de padecer infartos. Además, este tipo de estrés está muy relacionado con los trastornos del sueño, las migrañas y las úlceras, entre otras enfermedades.
¿Cómo podemos combatirlo?
La mejor manera de combatir el estrés financiero, que muchas veces es provocado por las propias personas, es identificar la causa por la que se gasta más de lo debido. En el momento que se halle la razón, se podrá hacer frente.
En la mayoría de los casos el estrés financiero aparece por una mala organización de los gastos e ingresos. En estos casos, la respuesta es siempre la planificación. Ser consciente del dinero del que se dispone es la manera más eficaz de atajar el problema.
Anteriormente, hemos hablado de la regla del 50/20/30 para ahorrar o de cómo evaluar la situación para que el ahorro sea más sencillo. Estas son algunas de las maneras de organización del dinero.
En muchos casos, se puede evitar el estrés financiero si se cuenta con un plan de ahorro o de pensiones de cara al futuro. Estas medidas suelen aportan tranquilidad, ya que se tiene la seguridad de que en un futuro los ingresos están asegurados.
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