A lo largo de la historia los desastres naturales y las catástrofes se han sucedido alrededor de todo el mundo. ¿Qué ocurre cuando esto pasa? ¿Quién se hace cargo? 
Todos tenemos en nuestra memoria innumerables desastres naturales que han sacudido el mundo. Desde el Gran Incendio de Londres en 1666 hasta el terremoto de Haití en 2010, pasando por el terremoto de San Francisco o el terremoto del sudeste asiático de 2004. Todos ellos tienen en común que son desastres provocados por la naturaleza contra los que el hombre poco puede hacer.
Algunos de estos siniestros marcaron un antes y un después en el mundo de los seguros. Por ejemplo, a raíz del Gran Incendio de Londres nació el seguro de incendios.
El Gran Incendio de Londres es uno de los mayores siniestros que ha tenido lugar en el S. XX. Durante tres días, el fuego calcinó viviendas, iglesias, negocios, edificios públicos, cárceles… Se calcula que unas 80.000 personas quedaron sin casa a raíz de este brutal incendio.
Unos años después del incendio, en plena recuperación, Nicholas Barbon fundó la Fire Office que luego sería conocida como Phoenix, la primera compañía privada que comercializó seguros contra incendios. El objetivo de la compañía era responder económicamente a los afectados, pero también, facilitarles recursos en caso de pérdida del hogar. A día de hoy, Barbon es considerado como el padre del seguro de incendios.
El Gran Incendio es solo un ejemplo de grandes siniestros que han tenido lugar a lo largo de los años y que como consecuencia de tal desastre surgió una nueva vía para hacer frente a los próximos siniestros. En España, por ejemplo, en 1941 surgió el Consorcio de Compensación de Riesgos de Motín. Su función era apoyar al mercado asegurador para dar respuestas a las pérdidas originadas por la Guerra Civil. En 1954 esta iniciativa se vuelve permanente y pasa a ser lo que hoy en día conocemos como el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) 
El CCS es una entidad pública adscrita al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Su objetivo es compensar los daños producidos a las personas y en los bienes por determinados fenómenos de la naturaleza y por acontecimientos derivados de hechos políticos y sociales, a condición de tener suscrita una póliza en alguno de los ramos respectos de los que la legislación actual establece la obligación de incluir en sus correspondientes coberturas.
Con el paso de los años seguirán ocurriendo grandes siniestros, pero cada día estaremos mejor preparados para hacerles frente.