Área privada

De forma general, llamamos “hogar” a aquel lugar en el que nos sentimos seguros y queridos. Sin embargo, no siempre es así: el hogar es el sitio en el que se produce un mayor número de accidentes comunes.

Los accidentes más comunes en el hogar

En Santalucía, os contamos cuáles son los accidentes en casa más frecuentes para que, así, puedas prevenirlos. Toma nota; podría salvarte la vida:

  • Quemaduras e incendios: son los principales motivos de accidentes en casa. El uso de maquinaria como el horno o la utilización de agua caliente pueden causar quemaduras y, en el peor de los casos, incendios. Por ello, es importante que tengamos nuestros cinco sentidos puestos para que no haya ningún accidente, prestando especial atención a los niños.
  • Caídas: un objeto en el lugar equivocado o un mal movimiento por nuestra parte pueden hacer que nos tropecemos o resbalemos, a veces, con fatales consecuencias. Mucho cuidado siempre con las escaleras.
  • Ahogo: los niños son los principales afectados, por lo que nunca debemos dejarlos solos en la piscina o en la bañera. Los adultos, por nuestra parte, debemos tener cuidado con tomar largos baños si sentimos que estamos demasiado cansados.
  • Asfixia: en el caso de los adultos, la comida es el principal motivo de asfixia en el hogar, pero, cuando se trata de los más pequeños, debemos tener en cuenta que cualquier objeto pequeño puede ser causante de este accidente. Haz de tu hogar uno a prueba de accidentes. 
  • Cortes y heridas leves: una vez más, los niños son los más afectados por este tipo de accidentes, con lo que debemos tener cuidado con objetos afilados o punzantes y, además, con los juegos que puedan realizar en casa.

En Santalucía, somos conscientes de que, pese a tratar de tener todo bajo control, nunca sabemos con certeza qué va a suceder. Por eso, ofrecemos nuestro seguro de accidentes, para que, pase lo que pase, afrontes con mayor tranquilidad todo lo que tenga que venir.
 

Estar protegido ante accidentes debería ser obligatorio para todos
¿Por dónde empezamos a la hora de afrontar un accidente?