Área privada

Desde la Fundación Pasqual Maragall, con quien mantenemos una alianza a largo plazo, nos comparten algunas recomendaciones para hacer esta situación lo más llevadera posible. 
Sabemos que muchos de vosotros convivís con personas con Alzheimer y, tras el cierre de los centros para mayores y los centros de día, os encontráis con vuestros familiares en casa en una situación complicada. Por eso, desde la Fundación Pasqual Maragall, con quien colaboramos para mejorar la calidad de vida de los enfermos y sus cuidadores, nos hacen llegar algunos consejos y recomendaciones para estos días de confinamiento.

Importancia de las rutinas

El día a día de una persona con Alzheimer siempre resulta más llevadero siguiendo unas directrices de simplificación, así como unos horarios y rutinas. Para eso nos proponen un esquema orientativo de planificación del día que se puede adaptar a la realidad de cada casa. 

Por la mañana

  • Levantarse cada día a la misma hora.
  • Higiene matutina: ir al wc, lavarse las manos y la cara.
  • Desayuno
  • Higiene: manos y bucodental.
  • Actividad cognitiva: siempre adaptada a la capacidad de la persona, desde realizar ejercicios o actividades específicas de que dispongamos, a participar en un juego de mesa o realizar actividades de apoyo en las tareas domésticas: tender, doblar ropa, limpiar verduras, barrer…
  • Actividad física: realizar algunos ejercicios suaves de estiramiento o de coordinación.
  • Pequeño tentempié.
  • Salir un rato al balcón, terraza o, simplemente, asomarse a la ventana para que nos dé un poco el sol y el aire. Se puede aprovechar para hacer juegos estimulantes: denominar lo que se ve, contar farolas, árboles, indicar cosas de un color específico…
  • Preparar la comida y colaborar en tareas domésticas, como poner la mesa.
  • Comida

Por la tarde

  • Breve siesta (preferentemente no más de 30 minutos) o rato de descanso: televisión, radio, escuchar música tranquila.
  • En la medida de lo posible de cada casa, volver a tomar algo de aire y sol.
  • Un rato de actividad: se pueden retomar tareas de estimulación cognitiva o física. Emplear la música como una forma de estimulación y de promoción de emociones positivas.
  • Merienda.
  • Si se tienen plantas, atender su cuidado: regar, quitar hojas secas…
  • Higiene: baño o ducha.
  • Actividad física muy suave: estiramientos, por ejemplo. Algo que no active demasiado para favorecer el sueño posterior.
  • Preparar la cena y poner la mesa. Cenar al menos dos horas antes de acostarse para asegurar que el proceso digestivo no dificulte el sueño.

Por la noche

  • Después de cenar, actividad relajada: ver una serie o algún contenido tranquilo de televisión, escuchar música calmada, ver fotografías…
  • Asegurar que se ha realizado la higiene bucodental y los preparativos habituales para acostarse.
  • Recordar la importancia de mantener una regularidad en la hora de acostarse.

Por último, pero no por ello menos importante, es crucial recordar que la persona cuidadora también estará sometida a una presión, en muchos casos, superior a la habitual y que debe atender también a su propio cuidado. Por eso, más que nunca, hay que procurar vías de desahogo alternativas, tener pequeños espacios para uno mismo y recurrir a estrategias para manejar la ansiedad.
 

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