¿Qué propósitos tienes para el 2018?
Cada año caemos en el tópico de hacer una lista interminable de buenos propósitos que al final quedan en nada. Cuántos de vosotros no habéis pensado “el año que viene me apunto al gimnasio” o “voy a aprender inglés”. No hay nada malo en tener objetivos para el nuevo año, todo lo contrario, es algo que se debe hacer, pero estos deben ser reales y asequibles.
Vamos a ver tres ejemplos de propósitos que fracasan año tras año y por qué.
- Apuntarte al gimnasio. Debe de ser el más oído de todos los tiempos. En realidad es un propósito genial, muy saludable y acertado para después de una época de excesos. Ahora bien ¿cuál es el problema? Si eres una persona poco deportista o que no le gustan las actividades en grupo, los horarios establecidos, los sitios cerrados con mucha gente o el deporte en general, no quieras empezar por el gimnasio. Ponte metas asequibles como salir a caminar, montar en bici, jugar al pádel con amigos…cualquier ejercicio que antes no realizabas será mucho mejor que nada. Así que este año antes de ir corriendo al gimnasio y apuntarte, tómate tu tiempo para pensar una actividad que sí realizarás más de una o dos veces y comienza poco a poco. Quién sabe, igual dentro de 6 meses ya estás preparado para ir al gimnasio.
- Mejorar el inglés. Es la asignatura pendiente de muchos españoles. Hablar inglés con un nivel alto, pero de verdad. Antes de apuntarte a un intensivo porque no te paras a pensar si realmente vas a ir. Llevas todo el año encontrando escusas y ¿estás seguro que enero es el momento?
- Ahorrar. Pensar en el futuro y ahorrar también son propósitos claves del nuevo año. Para hacerlo bien y que no quede en uno más incumplido debes empezar por conocer tus cuentas y tu economía. Piensa de dónde puedes ahorrar un poco cada mes y cómo vas a hacerlo, una cuenta ahorro, un plan de pensiones, un seguro de ahorro o inversión.
¿Preparado para pensar en los propósitos del nuevo año? Este año no te dejes llevar por lo de siempre y piensa bien tus objetivos porque si quieres ¡puedes!