Ley de Bienestar Animal: esterilización quirúrgica obligatoria para gatos
Los gatitos, esos animales que llenan nuestras redes sociales de divertidos y amorosos vídeos, que nos ronronean y nos maúllan exigiendo caricias cuando decidimos compartir la vida y la casa con ellos. Nos ofrecen todo su cariño, pero, como todo ser vivo, exigen unos cuidados y una responsabilidad hacia ellos que, como dueños, debemos asumir. Recomendamos que uno de los primeros actos que realicemos tras decidirnos a ocuparnos de un gato, sea asegurar a nuestra mascota.
Esterilización obligatoria
Como siempre que hablamos de temas sanitarios relacionados con nuestros animales de compañía, la primera recomendación es clara y rotunda: cualquier toma de decisión respecto a la salud de nuestras mascotas, en este caso de nuestro gato, debe ser consultada y atendida por nuestro veterinario de cabecera.
Ahora bien. La entrada en vigor, a partir del 29 de septiembre, de la nueva Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, introduce, entre sus muchas novedades, la obligatoriedad, para todos aquellos propietarios de gatos, de "identificar mediante microchip y proceder a la esterilización quirúrgica de todos los gatos antes de los seis meses de edad, salvo aquellos inscritos en el registro de identificación como reproductores y a nombre de un criador registrado en el Registro de Criadores de Animales de Compañía", según reza el artículo 26.
En este sentido, conviene recordar que la esterilización quirúrgica de un gato consiste en la realización de una vasectomía si es un ejemplar macho, o una ligadura de trompas si se trata de una hembra. En cambio, la castración contempla una extirpación de sus órganos sexuales.
Por su parte, de acuerdo con el texto legal, los centros públicos de protección animal deberán entregar gatos, perros y hurones ya esterilizados o con compromiso de esterilización y no reproducción en caso de no tener la edad necesaria o las condiciones para realizar la cirugía, según criterios veterinarios.
¿Por qué castrar a mi gato?
En términos generales, al hablar de castración, podríamos apuntar las ventajas que presenta este procedimiento para nuestro animal de compañía, que se resumen en solucionar una serie de comportamientos:
- Evitar el marcaje de territorio, es decir, que orine por toda la casa. Para ellos su hogar, en el que convive con el resto de la familia, es su territorio, así que la rocían con feromonas olfativas frente a posibles felinos intrusos.
- Nunca olvidemos que vivimos en comunidad, no hay que perder la referencia de que estamos introduciendo a un animal en un entorno no natural para ellos. Deben convivir con nosotros y con los que nos rodean. Los maullidos a ciertas horas porque percibe gatas en celo, pueden molestarnos sobremanera, incluso ocasionarnos problemas con los vecinos, que pueden protestar por el gatito conquistador que tenemos en casa.
- Cual Romeo buscando a su Julieta, un gato no castrado puede darse a la fuga, buscando una gatita en celo con la que estar. Ello puede implicar atropellos, peleas con otros gatos, etc.
- Este tipo de intervención quirúrgica también elimina el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con los testículos, como como por ejemplo cáncer, y reduce el riesgo de sufrir otras provocadas por la testosterona, como la prostatitis, adenomas y hernias perianales, e hiperplasia prostática benigna.
- Por supuesto, evitar los embarazos no deseados y el abandono de gatos en la calle, es otra causa que no podemos olvidar.
Sólo espero que mi gato no sufra
Tranquilos todos, nuestro minino va a estar bien. Se trata de una operación compleja, ya que hay que extirparle los testículos y hay que realizarla con anestesia general, pero se considera común y rutinaria, así que el riesgo no es elevado. Si no hay complicaciones, ese mismo día podremos volver a compartir techo con nuestra mascota. Los días siguientes habrá que tener cuidado para que no se infecten las incisiones y para que no se las lama y en una semana, más o menos, todo volverá a la normalidad.
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