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Sufrir ataques de pánico es algo más habitual de lo que puedes pensar. Y es que, muchas personas sufren ansiedad sin saberlo y confunden los síntomas con otro tipo de problemas relacionados con la salud.
Cuando la ansiedad se descontrola, aparecen los ataques de pánico. Pero ¿qué es la ansiedad? Muchas personas desconocen que están sufriendo ansiedad, por este motivo, es importante que se sepan distinguir los síntomas:

  • Taquicardias
  • Sudor
  • Aumento de la temperatura
  • Dificultad para respirar
  • Molestias digestivas
  • Etc.

Para intentar aliviar los síntomas de la ansiedad es necesario racionalizar la situación. En muchas ocasiones nos dejamos llevar por los sentimientos y las emociones, y estas nos pueden causar una mala pasada. En estas circunstancias, ser realista y no magnificar los acontecimientos es lo idóneo.

Los ataques de pánico

Cuando la ansiedad se descontrola, se sufre un ataque de pánico y no es más que una situación de la que se pierde totalmente el control y es el propio descontrol el que asusta más aún.
Los síntomas más habituales de los ataques de pánico son el aumento de la frecuencia cardiaca, dificultad para respirar, hiperventilación, temblores y aumento de la temperatura. Aunque también se producen otros síntomas no físicos como el miedo a morir o a perder completamente el control de la situación.
Las personas que sufren un ataque de ansiedad en ocasiones pueden llegar a sentir como “salen” completamente de su cuerpo y tienen una sensación de irrealidad.

Cómo actuar en un ataque de pánico

Si te encuentras en esta situación o alguien de tu entorno lo sufre, es conveniente que intentes cambiar el foco de atención sobre otra cosa. Con ello, se consigue que los síntomas vayan disminuyendo.
La manera de proceder puede ser la siguiente:

  • No pensar en el problema o asunto que está provocando el ataque de ansiedad.
  • Centrar la atención en otro asunto.
  • Comenzar otra actividad para centrarse en ella.
  • Intentar controlar y regular la respiración.

Estos ataques son completamente imprevisibles, ya que muchas veces no responden a una situación en concreto. Si no que una situación en un mal momento puede producir un ataque de ansiedad y este derivar en uno de pánico.
Para minimizar la ansiedad y los ataques de pánico es muy bueno realizar ejercicio de forma regular. Ya que, como ya hemos dicho en ocasiones anteriores, el ejercicio libera hormonas que nos producen una sensación de placer y bienestar, además de mantener la mente despejada.
Por otro lado, practica técnicas de relajación e intenta mantener la mente ocupada en tareas que te sean placenteras.
Por último, queremos recordarte que tanto si sufres ansiedad como ataques de pánico, debes acudir a tu médico para que pueda realizar un diagnóstico adecuado a cada persona y circunstancias.

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