Conjuntivitis: contagio y prevención
La conjuntivitis es una enfermedad del ojo bastante habitual que se produce sobre todo en menores y quienes trabajan o pasan mucho tiempo con ellos.
Esta dolencia se caracteriza por producir una inflamación en la conjuntiva, que es la cubierta fina y transparente de la parte blanca del ojo y del interior del párpado. Cualquier tipo de inflamación en esta parte provocará una dilatación de los vasos sanguíneos que la componen provocando el característico color rojo de la enfermedad.
Cómo se provoca
Las causas de la conjuntivitis pueden ser varias:
- Vírica: su origen es un virus como puede ser el del refriado.
- Bacteriana: una bacteria es la que provoca este tipo de conjuntivitis, pero puede ocasionar daños en el ojo si no se trata correctamente.
- Alérgica: las personas alérgicas al polen, a los animales o al polvo pueden llegar a padecer este tipo de conjuntivitis.
Cuáles son los síntomas
En función del tipo de conjuntivitis pueden darse unos síntomas u otros, aunque existen unos cuantos en común, como son:
- Ojos rojos.
- Aumento de las secreciones.
- Aumento de la frecuencia de lagrimeo.
- Sensibilidad a la luz.
- Hinchazón en los párpados.
- Incremento de las legañas al despertarse.
Cómo se contagia
Por lo general, la conjuntivitis es una enfermedad bastante contagiosa, cuando hablamos de la producida por un virus o por una bacteria. Basta con compartir una toalla, almohada, sábanas o cualquier utensilio de baño.
La conjuntivitis vírica, sobre todo, se propaga con mucha facilidad y pueden llegar a sobrevivir varias semanas en superficies secas como las mencionadas anteriormente.
Medidas de prevención
Para evitar su contagio se recomienda seguir una serie de pautas:
- No compartir elementos de higiene personal como toallas o pañuelos.
- Cubrirse la nariz y la boca al estornudar o toser.
- No tocar o frotarse los ojos.
- Extremar las medidas de higiene y lavarse las manos con frecuencia.
- Limpiar superficies de objetos que se puedan compartir como teléfonos u otros utensilios.
- Utilizar gafas de natación en la piscina o en el mar para evitar el contagio a otras personas.
Ante los primeros síntomas, lo más recomendable es acudir al médico o al oculista para que realice un examen previo y determine qué tipo de conjuntivitis es la que se debe tratar. Por ejemplo, si se trata de:
- Conjuntivitis vírica: no hay tratamiento. Durará unos días y luego desaparecerá por sí sola.
- Conjuntivitis bacteriana: el médico debe recetar algún antibiótico para los ojos o pomada para su tratamiento.
- Conjuntivitis alérgica: puedes consultar con tu médico. En algunos casos los antialérgicos ayudan a minimizar los síntomas.