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Puede resultar chocante hablar de estrés y de niños en un mismo artículo pero cada vez se detectan más casos de estrés infantil. En esta sociedad hiperactiva, los pequeños de la casa están sometidos a grandes presiones con actividades adicionales a las horas de clase: sesiones particulares de repaso, actividades extraescolares, actividades deportivas, etc.

Esta sobre actividad en los más pequeños puede derivar en cuadros de estrés y ansiedad que afectan, entre otras cosas, a su salud bucodental.

Como en el caso de los adultos, con el estrés se suele aumentar la ingesta de alimentos azucarados y con hidratos de carbono, los cuales están estrechamente relacionados con la aparición de caries dentales.

Además, el estrés puede causar también una disminución en la generación de saliva, desapareciendo así en gran medida la capacidad protectora de nuestra boca frente a la caries.

Dependiendo de la edad, puede darse una involución en algunos hábitos adquiridos en etapas muy tempranas. De este modo, puede aparecer de nuevo, en algunos niños, el mal hábito de chuparse el dedo, y verse así perjudicada la forma anatómica del paladar y llegar a requerir de un tratamiento de ortodoncia para solventarlo.

Otra de las patologías que pueden aparecer debido al estrés o ansiedad es el bruxismo o rechinar de los dientes. La tensión acumulada durante el día puede verse descargada durante la noche con movimientos de roce entre los dientes que provocan un desgaste del esmalte dentario causando gran sensibilidad, dolores de cabeza, cuello y de la articulación mandibular.

La ansiedad infantil puede provocar también un descuido en los hábitos de higiene y no ser tan constantes y eficientes en el cepillado dental. Esto favorecerá que los restos de alimento se depositen en los huecos de los dientes y aparezcan las caries, o lo que es peor, que derive en una gingivitis o inflamación gingival con enrojecimiento y/o sangrado. Además, una mala higiene dental, provoca halitosis o mal aliento.

Por último, otra cosa habitual en épocas de estrés es la aparición de llagas o aftas bucales. Son pequeñas heridas ulceradas que aparecen por una deficiencia del sistema inmunológico o incluso auto provocada por el mordisqueo dentario derivado del bruxismo.

Siempre es importante acudir a las revisiones periódicas en tu clínica dental, pero en el caso de los niños, es aún más importante si cabe, ya que la prevención en su salud dental es la clave para evitar patologías más importantes en su edad adulta.

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