Control de la presión arterial: importancia de un seguro de Salud para la hipertensión e hipotensión

La presión arterial es un indicador clave de nuestra salud. Cuando se encuentra fuera de los rangos normales, ya sea alta (hipertensión) o baja (hipotensión), puede ser señal de problemas que afectan nuestro bienestar general.

En este artículo, te explicaremos en términos sencillos qué son estas condiciones, sus riesgos y cómo contar con un seguro de Salud adecuado puede ayudarte de manera efectiva a prevenir, controlar y tratar estas afecciones.

¿Qué es la tensión arterial?

Se puede definir, coloquialmente, como la fuerza con la que fluye la sangre y empuja las paredes de las arterias. La tensión se mide en dos valores (expresada, a su vez, en milímetros de mercurio, mmHg):

• Presión sistólica: la presión cuando el corazón bombea sangre.
• Presión diastólica: la presión cuando el corazón está en reposo entre latidos.

De este modo, con cada sístole, el corazón impulsa la sangre y se incrementa la presión.

¿Cuáles son los valores normales?

La tensión arterial varía con la edad. Así, las cifras o rangos normales en personas de 20 a 60 años son de 120 mmHg para la tensión sistólica (la conocida como “alta”) y 80 mmHg para la diastólica (la “baja”). La tensión arterial se suele expresar como 120/80 mmHg.

En general, si la tensión arterial está por debajo de los 90/60mmHg se considera baja y si está por encima de los 140/90 mmHg se habla de hipertensión.

Sin embargo, si los valores de tensión arterial oscilan entre los 120/80 mmHg y los 139/89mmHg, se considera una tensión “normal alta” y su control también es importante, tal y como indica la Fundación Española del Corazón. 

Hipertensión arterial

En España, la hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica con alta prevalencia que afecta al 42,6 % de la población mayor de 18 años (49,9 % en varones y 37,1 % en mujeres), representando un importante factor de riesgo cardiovascular, según los datos compilados por la Revista Española de Cardiología.

Si analizamos la relación existente entre hipertensión y defunciones según la causa de la muerte en nuestro país, observamos como la patología hipertensiva produjo un total de 14.790 fallecimientos en 2022, con un repunte del 4,5 % respecto al año anterior, señala el Instituto Nacional de Estadística.

Hablar de hipertensión es hacerlo de una patología “silenciosa”, porque en muchos casos no produce síntomas, y pasado el tiempo pueden manifestarse sus efectos. Este trastorno médico grave constituye, asimismo, una de las principales causas de arterioesclerosis (acumulación de grasa en las arterias).

¿Cuál es la causa de la hipertensión arterial?

En un 95 % de los casos es desconocida (la llamada hipertensión esencial). El 5 % restante puede deberse a enfermedades renales o endocrinas, entre otras afecciones. El organismo dispone de una serie de receptores de presión en algunas arterias, que recogen información sobre la tensión arterial. Estos receptores envían señales ante las subidas o bajadas bruscas de presión y producen una respuesta, modificando la frecuencia cardiaca o variando el calibre arterial. En los hipertensos, este mecanismo de regulación está alterado.

¿Por qué varía la tensión arterial con el paso de los años?

Las personas que presentan cifras tensionales bajas en la juventud pueden volverse hipertensas, por lo que nunca está de más realizar mediciones de presión arterial cada cierto tiempo. En las mujeres, por su parte, es frecuente que se eleve la tensión tras la menopausia.

Con el transcurso de los años, las arterias se van volviendo rígidas y puede ser normal que aumente la tensión sistólica.

¿Qué factores favorecen su aparición?

Entre los principales factores de riesgos podemos citar:

• Predisposición genética y antecedentes familiares de hipertensión.
• El sexo masculino (en las mujeres el riesgo es mayor pasados los 55 años).
• La edad superior a 60 años.
• El estrés prolongado o crónico. Algunas características de la personalidad pueden contribuir a desarrollar la hipertensión.
• El sobrepeso o la obesidad.
• El tabaco.
• La toma de anticonceptivos orales.
• La alimentación con alto contenido en grasas saturadas y/o sal.
• La ingesta de alcohol.
• El sedentarismo y la falta de actividad física.
• La diabetes.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se realiza por la simple medición de la presión arterial, y para confirmarlo es necesario repetir tomas de esta y realizar distintas pruebas, como el Holter de presión arterial, electrocardiograma y analíticas, entre otros métodos.

En algunos centros se realiza el llamado monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA), para diagnosticar la “hipertensión de bata blanca” y evaluar la eficacia del tratamiento antihipertensivo.

¿Cuáles son las consecuencias de la tensión arterial elevada?

Si la hipertensión arterial no se trata de forma adecuada, las arterias se van volviendo rígidas y se estrechan, produciendo daños en órganos vitales:

• Infartos, angina de pecho o arritmias.
• Posibilidad de aparición de ictus, infartos cerebrales y accidentes cerebrovasculares (ACV).
• Insuficiencia renal.
• Alteraciones en la visión por daño en arterias retinianas.
• Dolor en las piernas al caminar (claudicación intermitente).

Consejos para ayudar a reducir las cifras tensionales elevadas

Es fundamental adoptar hábitos saludables, como evitar el tabaco (porque eleva la presión arterial y la frecuencia cardiaca) y no consumir alcohol o, al menos, no hacerlo en exceso. También se debe reducir el sobrepeso y practicar deporte a cualquier edad (el ejercicio regular consigue bajar las cifras de presión arterial).

Igualmente, no debemos olvidarnos de la dieta cardiosaludable, de la importancia de una buena alimentación. Los hipertensos tienen que disminuir el consumo de sal y alimentos que la contengan. También es necesario promover la ingesta de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar el consumo de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.

Tratamiento farmacológico de la hipertensión

En ocasiones, es necesaria la toma de medicamentos para prevenir los daños a futuro y evitar, de este modo, que avancen las alteraciones de los órganos diana, y en muchas ocasiones durante toda la vida.

En la actualidad, se personaliza el tratamiento farmacológico y hay terapias combinadas muy efectivas. Hoy en día contamos con distintos tipos de fármacos antihipertensivos (agrupados, a su vez, en varios tipos, entre otros los diuréticos, los betabloqueantes o los inhibidores del sistema renina angiotensina) y cada uno de ellos está indicado en diferentes pacientes (por ejemplo, algunos son efectivos si también se padece una insuficiencia cardiaca o una arritmia).

Hipotensión arterial

La hipotensión se define, generalmente, como una presión arterial sistólica inferior a 90 mmHg o una presión diastólica inferior a 60 mmHg. Sin embargo, estos valores pueden variar dependiendo de cada persona y de su contexto clínico.

Causas y síntomas de la hipotensión

Las causas pueden ser diversas, incluyendo: deshidratación, al reducirse el volumen sanguíneo; alteraciones coronarias (como la insuficiencia cardiaca), enfermedades endocrinas (como el hipotiroidismo), una pérdida importante de sangre o una infección grave.

Si bien la hipotensión es menos prevalente, también representa un problema de salud que puede provocar síntomas como mareos, visión borrosa, cansancio y fatiga constante, náuseas, síncopes o falta de concentración.

Tratamiento de la hipotensión

El tratamiento de la hipotensión se centra en abordar sus causas subyacentes y aliviar los síntomas que hemos visto con anterioridad. Para ello, se contemplan diversas opciones terapéuticas, entre las que podemos citar:

• Ajustar la dosis o cambiar de medicamentos, si son estos los que producen la hipotensión.
• Hidratación: beber más agua aumenta el volumen sanguíneo y puede elevar la tensión.
• Aumentar la ingesta de sal, pero siempre que no haya otras enfermedades y con precaución.
• Evitar cambios bruscos de posición (levantarse despacio de la cama o evitar estar de pie durante mucho tiempo).
• Fármacos específicos. En casos más graves, se pueden utilizar diversos medicamentos.

En cualquier caso, consultar a un especialista es esencial para determinar la causa exacta y personalizar el tratamiento (adecuado a las necesidades individuales) para prevenir posibles dificultades a medio y largo plazo.

¿Cómo puede ayudarte un seguro de Salud a controlar la tensión arterial?

Tanto la hipertensión como la hipotensión pueden afectar seriamente tu salud si no se controlan a tiempo. Tener un seguro de Salud no solo te permite acceder a diagnósticos y tratamientos de calidad, sino que también te brinda la tranquilidad de saber que estás protegido ante cualquier eventualidad médica.

Detección temprana y monitoreo constante

Una buena póliza incluye chequeos médicos regulares que permiten detectar anomalías en la presión arterial antes de que se conviertan en problemas mayores, con acceso a:

• Medición rutinaria de la presión arterial.
• Exámenes de laboratorio para identificar causas subyacentes.

Por tanto, el control regular de la presión arterial y la adherencia a los tratamientos prescritos son fundamentales para evitar complicaciones futuras.

Acceso a especialistas

Para quienes ya han sido diagnosticados con hipertensión o hipotensión, un seguro de Salud facilita el acceso a consultas médicas especializadas y monitoreos periódicos de la presión arterial realizados por cardiólogos, endocrinólogos y otros especialistas, profesionales que te guiarán hacia el tratamiento adecuado para mantener la presión arterial en niveles óptimos.

Cobertura para tratamientos y medicamentos

Un seguro médico privado cubre la prescripción de medicamentos específicos necesarios para el tratamiento de estas condiciones (antihipertensivos o suplementos), así como terapias complementarias y, en casos necesarios, procedimientos médicos más avanzados.

Prevención personalizada

Algunos planes de salud incorporan programas de bienestar y prevención, como asesorías nutricionales, actividades físicas dirigidas y talleres de manejo del estrés, diseñados para reducir factores de riesgo.

Las consultas con especialistas en cardiología y nutrición son de gran utilidad para diseñar planes de tratamiento personalizados.

Tranquilidad financiera

Las emergencias médicas relacionadas con la presión arterial, como infartos o colapsos circulatorios, pueden ser costosas. Un seguro de Salud se encarga de estos gastos, permitiéndote enfocarte en tu recuperación.

Conclusión

La hipertensión arterial y la hipotensión representan importantes problemas de salud en España debido a su elevada prevalencia y las graves consecuencias que pueden derivarse de las mismas: desde mareos, desmayos y caídas, a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como infartos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y otras complicaciones asociadas, todo lo cual repercute negativamente en nuestro bienestar y aumenta la carga en el sistema sanitario.

En este contexto, disponer de un seguro de Salud integral es una herramienta clave para la prevención, control y tratamiento de la hipertensión e hipotensión arterial. No solo facilita el acceso a servicios médicos y tratamientos necesarios, sino que también promueve un estilo de vida saludable, contribuyendo a una reducción de riesgos asociados con estas condiciones.

Dr. Vicente Gil Valdés
Director de Vigilancia de la Salud

Preguntas frecuentes (FAQs) sobre hipertensión e hipotensión arterial

¿Qué cubre un seguro de Salud en relación con la hipertensión arterial?

Un seguro de Salud generalmente cubre consultas médicas, chequeos regulares, medicamentos antihipertensivos y estudios especializados como análisis de sangre, electrocardiogramas o ecocardiogramas. Además, muchos seguros ofrecen programas de prevención que incluyen asesorías nutricionales y planes de ejercicio adaptados.

¿La hipertensión o hipotensión pueden ser detectadas en un chequeo de rutina cubierto por un seguro?

Sí, un chequeo de rutina suele incluir la medición de la presión arterial como parte del diagnóstico básico. Si se detectan valores anormales, el seguro puede cubrir pruebas adicionales y consultas con especialistas para determinar la causa y el tratamiento adecuado.

¿Qué hago si me diagnostican hipertensión o hipotensión mientras estoy asegurado?

Si te diagnostican, debes notificar a tu aseguradora, especialmente si tienes que iniciar un tratamiento a largo plazo. Tu seguro de Salud te proporcionará acceso a los médicos especializados, medicamentos y controles periódicos necesarios para gestionar tu condición.

¿Es posible contratar un seguro de Salud si ya tengo hipertensión o hipotensión?

Sí, es posible. Algunas aseguradoras ofrecen planes específicos para personas con condiciones preexistentes, aunque pueden aplicarse períodos de espera o exclusiones iniciales. Es importante comparar las opciones disponibles y elegir un plan que se ajuste a tus necesidades médicas.

¿Qué puedo hacer para prevenir problemas de presión arterial y cómo ayuda un seguro de Salud en este proceso?

Para prevenir problemas de presión arterial, se recomienda mantener una dieta saludable, realizar ejercicio regularmente, reducir el estrés y evitar el consumo de tabaco y alcohol. Un seguro de Salud te apoya en este proceso ofreciendo acceso a programas de prevención, consultas con especialistas en nutrición y salud física, y chequeos regulares que permiten detectar cualquier problema a tiempo.