Mantenerse activo es vital
Uno de nuestros principales propósitos es tener una salud de hierro. Y, para ello, es importante que estemos en forma, por lo que es vital que nos mantengamos activos.
¿Qué necesito saber antes de empezar cualquier deporte?
Antes de comenzar, debemos saber que no importa que, por lo general, llevemos una vida sedentaria. A veces, no tenemos ganas; otras, no tenemos tiempo. Sin embargo, siempre hay un momento para empezar a hacer ejercicio, y ese momento ha llegado.
¿Qué beneficios tiene el ejercicio?
La lista de beneficios que tiene la vida activa es innumerable. A continuación, enumeramos algunos de los grandes atractivos que tiene el ejercicio:
- Disminuye el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Con ello, aumenta nuestra esperanza de vida, y también su calidad.
- Reduce la presión arterial, por lo que previene la hipertensión
- Fortalece nuestros músculos y aumenta nuestra resistencia. Esto causa que mejore nuestra capacidad física, experimentemos menos fatiga y tengamos mejor salud y apariencia.
- Regula la cantidad de azúcar en la sangre
- Disminuye el estrés; nos sentimos más relajados y vitales
- Mejora la eficiencia del sistema nervioso. Esto tiene notables efectos sobre nuestro equilibrio, velocidad, coordinación, agilidad y tiempo de reacción.
- Nos permite mantener un peso acorde a nuestras características
- Aumenta el volumen de una estructura cerebral asociada a la memoria. También mejora nuestro rendimiento en el aprendizaje y nuestra memoria visual.
¿Qué ejercicios puedo realizar?
Lo importante en esta nueva rutina es mantenerse activo, por lo que lo esencial es realizar ejercicios con los que nos sintamos cómodos. Podemos hacer ejercicios que nos permitan fortalecer musculatura, como por ejemplo ejercicios anaeróbicos como pilates, yoga, etc. O aeróbicos, como caminar, correr o nadar, que son ideales para cuidar el corazón.
¿Y durante cuánto tiempo?
La recomendación es que, por semana, hagamos 150 minutos de ejercicio suave y 75 minutos de ejercicio de mayor intensidad. Es decir, tenemos que realizar una combinación de ejercicios moderados y ejercicios de impacto.
Con todo, lo que tenemos claro es que la práctica habitual de ejercicio es el camino hacia una salud “inquebrantable”. ¡Y no necesitamos mucho para ello! Basta que seamos conscientes de que nuestro bienestar no es un juego; el resto es pan comido.