Resiliencia: cómo afrontar situaciones adversas
Si te pedimos que pienses en una situación adversa que hayas tenido que superar, seguramente no encuentres ni una, ni dos, ni tres, sino muchísimas más. La gran mayoría de estas situaciones se pueden superar con resiliencia pero, ¿qué es la resiliencia?
Resiliencia: definición
La resiliencia es la capacidad que tenemos las personas para adaptarnos a una situación adversa, aceptándola y superándola positivamente.
Cómo ser positivo en la vida
Sin duda, una de las principales preocupaciones que te habrá traído hasta aquí es que te gustaría ser más positivo en la vida para ser feliz, pero esto no se consigue de un día para otro ni tampoco de forma fácil.
Ser positivo es una actitud y, como tal, debemos trabajarla:
Lo primero de todo que debes saber es que hay algunos consejos para desarrollar pensamientos positivos en tu día a día, para empezar comienza a plantearte las siguientes preguntas:
- ¿Tengo lo que quiero?
- ¿Qué me falta para conseguirlo?
- ¿Lo que me está pasando es tan malo como creo? ¿Cuáles son las consecuencias reales?
Estrategias de afrontamiento
No hay ninguna duda de que, ante situaciones adversas cotidianas, también es recomendable visitar un psicólogo por los beneficios que te puede aportar para tu calidad de vida.
Aún así, si quieres tener una vida sana, te recomendamos las siguientes estrategias:
- No permitas que la situación cambie tu estado de ánimo o tu humor: son fundamentales para afrontar las situaciones y mantener la estabilidad emocional durante el proceso.
- No culpes a otra persona por algo que te ha ocurrido, esto solamente te generará más rabia y no te aliviará a largo plazo.
- Apóyate en tu círculo de confianza, amigos y familiares, para afrontar la situación con refuerzos.
- Mantén la calma con estos consejos y la tolerancia, recuerda que estás afrontando una situación difícil y que puedes alterarte por pequeños detalles, por lo que será conveniente que avises a las personas con las que convives y fomentes tu empatía para entender a las personas que te rodean.
- Y, por último, desconecta y piensa. Puede que parezca que la mejor opción es atacar el problema de golpe pero, sin duda, lo más recomendable es pararte a pensar cómo puedes afrontarlo e ir a conseguirlo.