Sedentarismo: ¿cómo combatirlo?
¿Tú también necesitas cierto grado de actividad para mantener tu cuerpo sano y un buen estado de ánimo? Aquí te damos unos simples consejos para aplicar a tu vida diaria. Recuerda: prevenir el sedentarismo resulta fundamental para tu bienestar.
Combatir el sedentarismo en casa
¿Por qué no empiezas por tus hábitos caseros? Aunque parezca contradictorio, existen prácticas que puedes llevar a cabo sin salir y que te permitirán combatir los efectos nocivos de esta situación. Apunta estas tres claves.
1. Practica ejercicio por Internet
Yoga, zumba, bodycombat… No importa la disciplina que elijas; las nuevas tecnologías te permiten acceder a tutoriales y a sesiones deportivas a cargo de profesionales para que puedas hacer ejercicio de manera virtual. Si te resulta más sencillo, puedes colocar tu bici estática frente al televisor y ver tu programa favorito mientras pedaleas.
2. Mueve el esqueleto
Elige tu música preferida y dale al play mientras tiendes la ropa, friegas los platos o barres. Déjate llevar y baila un poco entre tarea y tarea. Además de subirte el ánimo mientras efectúas las labores domésticas, te servirá para quemar algunas calorías y para optimizar el tiempo. Obtendrás el doble de rendimiento con cada acción.
3. Dale un nuevo aire a tu hogar
Redecorar la casa es una de las tareas que puedes emprender para frenar la inactividad. Cambia los muebles de sitio, dale una mano de pintura a las habitaciones, tapiza tus sillas, personaliza tus estanterías con vinilos u objetos de decoración reciclados… Si, además de modernizar tus estancias, ordenas tus armarios, el escritorio y los cajones de la cocina, mucho mejor.
Luchar contra el sedentarismo fuera del hogar
Implementa estos otros hábitos al salir de casa.
1. Recupera la bicicleta
Si es importante cuidar tu vehículo con un seguro de coche, también lo es mimar tu bicicleta. Y, desde luego, esta máxima no la cumples abandonándola en el trastero. Así que desempólvala y date una vuelta. Con media hora bastará para ponerte a punto.
2. Baja y sube las escaleras
Ya sea al salir de casa o al llegar, olvídate del ascensor (si es que no llevas peso, evidentemente). El simple gesto de subir las escaleras es más beneficioso de lo que crees. Tómate tu tiempo: no es obligatorio seguir un ritmo vertiginoso.
3. Sácale partido a los paseos
Caminar te ayuda a mejorar la circulación, además de contribuir a aminorar el colesterol o a realizar la digestión adecuadamente. Se trata de una acción beneficiosa que puedes abordar en poco tiempo (entre 30 minutos y una hora es suficiente). ¿Necesitas coger el tranvía o el autobús obligatoriamente y no tienes más tiempo durante la jornada para pasear? Bájate una o dos paradas antes y llega al trabajo a pie.
Como ves, combatir el sedentarismo es sencillo si apuestas por practicar hábitos de vida sana. No necesitas convertirte en un deportista de élite ni realizar grandes cambios en tu estilo de vida. Se trata de pequeñas modificaciones perfectamente compatibles con tu rutina, que no te llevarán demasiado tiempo y repercutirán de modo positivo tanto en tu salud como en tu felicidad.