Área privada

Ya hace tiempo que la distancia física dejó de ser un impedimento para establecer un diagnóstico sobre la salud. La telemedicina, término acuñado por la OMS a finales de los 80 del siglo pasado, mejora la asistencia, resuelve nuevas demandas de los pacientes y afronta retos frente al envejecimiento de la población. La inteligencia artificial abre nuevas puertas a este intercambio de información médica vía electrónica. ¿Te imaginas cómo será su futuro?

Avances en telemedicina

A la telerradiología, el envío de imágenes digitales a un radiólogo que se encuentra en otro espacio, o a los chatbots, que responden las primeras preguntas de los pacientes para fijar su consulta, se unen otros muchos avances.

Wearables

Hablamos de objetos de uso diario, como el smartphone. Estos nos facilitan, por ejemplo, el seguimiento de los postoperatorios sin acudir a la consulta. Un avance aún más sofisticado sería la creación de dispositivos que efectuaran análisis de sangre cuyos resultados se comunicaran instantáneamente gracias a la inteligencia artificial.

Webs de autodiagnóstico

Los avances tecnológicos hacen posible que tú mismo puedas controlar tus signos vitales, pero también que puedas establecer un diagnóstico gracias a las páginas de autoevaluación. Un ejemplo de este sistema lo encontramos en una web pionera creada por la Comunidad de Madrid para conocer tu estado de salud en tiempos de confinamiento por coronavirus. Esta web de autodiagnóstico, Corona Madrid, permite geolocalizar a posibles infectados mientras se optimizan los recursos sanitarios.

Cirugía robótica

Operaciones asistidas por robots. Esta realidad, que suena a ciencia ficción, ofrece mejoras adicionales. Los brazos robóticos poseen habilidades como la realización de giros de 360º y la manipulación de áreas delicadas sin riesgo para el paciente. Las cámaras que incorpora esta tecnología médica son capaces de ampliar las imágenes hasta diez veces, algo impensable para el ojo humano. La precisión es mayor, puesto que se evitan los temblores que pudieran aparecer en las manos del cirujano.
Como consecuencia, el bienestar del paciente también es mayor: sangrará menos, tendrá menos dolor, las cicatrices serán mínimas gracias a las pequeñas incisiones… Y, consecuentemente, el tiempo de estancia en el hospital se reducirá.

Telecirugía y telementoring

La cirugía robótica tiene mucho que ver con la telecirugía. Aunque, en este caso, se emplea para intervenciones mínimamente invasivas. Cuando estas operaciones están dirigidas por un profesional que guía a otro en el procedimiento desde otra localidad, o incluso desde otro continente, lo llamamos telementoring. La tecnología permite que se tenga la misma visión en ambos lugares y que puedan realizar anotaciones sobre la imagen. Estos métodos mejoran el campo quirúrgico de los países con mayor escasez de recursos.

Redes sociales y telemedicina

Facebook, Instagram o YouTube no son herramientas de telemedicina. Ahora bien, en los últimos tiempos se han convertido en vehículos indispensables para instaurar hábitos de vida sanos. A través de tips, stories o webinars de nutricionistas u otro tipo de expertos puedes aprender cómo incluir el deporte en tu vida diaria o qué alimentos tomar para aumentar tus defensas durante el embarazo.
Como ves, la telemedicina se sitúa en la vanguardia de los avances tecnológicos. Aún no ha alcanzado techo, pero ya es cosa del presente.
 

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