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La Navidad es la época del año en la que más se suele comer. Un sinfín de reuniones familiares y comidas de amigos hacen que las calorías de nuestra dieta aumenten considerablemente. Es aconsejable proponerse cuidar la línea desde el primer día del curso.

  • Conviene que empieces a racionalizar los alimentos. Deberías cocinarlos con el fin de no engordar y de no dañar tu salud.
  • Y por supuesto, tu dieta equilibrada debe estar acompañada, siempre, de ejercicio físico.
  • Empieza las comidas con un caldo sin tropezones con cero calorías. Tomarlo unos minutos antes, te ayudará a saciarte y a comer la mitad. Así, evitarás un almuerzo o una cena abundante.
  • Si, además, te sirves los platos de uno en uno, ingerirás menos calorías y tu cuerpo y tu salud te lo agradecerán y recuerda que comer entre horas frutos secos te puede ayudar a llegar con menos hambre a la mesa.
  • Siempre que puedas, por complicado que parezca, cambia los dulces por una pieza de fruta.
  • Y como no; evita el sedentarismo. Caminar, al menos una hora al día, es bueno para quemar parte de las calorías alimenticias que hayas ingerido.
  • Reserva tus excesos para días concretos. Es evidente que las celebraciones suelen estar acompañadas de más comida, por ello es conveniente que equilibres tu alimentación, y tomes más alimentos diuréticos en los siguientes días. Pero nunca te saltes, por ejemplo, el desayuno. Lo único que conseguirás es llegar con más apetito a la siguiente comida y la harás más copiosa.

Aprovecha estos consejos para empezar el año de la forma más saludable posible. ¡A disfrutar de los 365 días que quedan!

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