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Hoy se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una oportunidad de visibilizar la realidad que vive el 8,5% de la población española (3,84 millones de personas), según la última encuesta de discapacidad, autonomía y dependencia del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La discapacidad atañe a más mujeres que hombres, y la media de edad de este colectivo es de 64,3 años, según dicho informe. La causa más frecuente de esta condición son los problemas de movilidad asociados a la edad, pero también existen numerosos casos de discapacidad relacionados con el oído, la vista o la salud mental.

Empleo y discapacidad

Está demostrado que, una vez superados los obstáculos a la integración, las personas con diferentes capacidades pueden participar activa y productivamente a la vida social y económica de sus comunidades. No obstante, las barreras están presentes desde las primeras etapas de la educación hasta la incorporación al mercado laboral, lo que supone una tasa de abandono escolar del 43,2% y un índice de desempleo del 64,8%. 
Mónica Rodríguez, miembro de la Comisión de Juventud de la Confederación Nacional de Sordos de España (CJS-CNSE), denuncia: “pese a que la LOMCE menciona la especial vulnerabilidad de acceso al sistema educativo que tenemos las personas con discapacidad, la realidad es que en la educación secundaria obligatoria ni siquiera se cubren las horas lectivas con traducción en lengua de signos”. Las barreras se agravan conforme se suben escalones formativos y suponen un lastre a la hora de acceder a la universidad o al mercado laboral.
Aunque la Ley de Integración Social del Minusválido, actualizada en 2014 por la Ley General de Discapacidad, marcó un antes y un después en la integración de este colectivo al obligar a las empresas de más de 50 trabajadores a incorporar a un porcentaje no inferior al 2% de profesionales con discapacidad en su plantilla, casi cuatro décadas después, estas personas siguen encontrando grandes dificultades de acceso al empleo.
Las previsiones no son optimistas. Según un pronóstico elaborado por la Fundación Adecco, teniendo en cuenta el ritmo de contratación de los últimos años, la plena inclusión laboral de las personas con discapacidad no se dará hasta el año 2249. Sin embargo, una apuesta decidida por la accesibilidad, basada en el refuerzo de políticas sociales y la promoción de una educación verdaderamente inclusiva, podría acelerar este pronóstico.

La Fundación ONCE, a la cabeza de la inclusión

Si nos fijamos en ejemplos de buenas prácticas, llama la atención la labor que realiza la Fundación ONCE respecto a organizaciones homólogas en otros países de nuestro entorno. Tanto la Fundación ONCE como ILUNION, la empresa social dependiente de la Fundación, se sitúan cada año entre las diez entidades del mundo más importantes en materia de diversidad e inclusión. Son las únicas organizaciones españolas que forman parte de la “Global Diversity List”, en la que se hace referencia a su papel positivo en la inclusión laboral: ILUNION tiene más de 30.000 personas empleadas, la mayoría de las cuáles tienen alguna discapacidad. 
La Fundación ONCE está actualmente impulsando el desarrollo de normativas que integren la accesibilidad en nuestras leyes y en el conjunto de actividades económicas, con especial hincapié en los sectores de la construcción y el turismo. “El tejido empresarial debe entender la existencia de normas técnicas como una ventaja competitiva y una herramienta para incorporar la accesibilidad en toda su cadena de valor”, afirma Jesús Hernández Galán, Director de Accesibilidad Universal e Innovación de la Fundación ONCE. El conjunto de normas que ha impulsado dicha Fundación coloca a España, en opinión de este experto, a la cabeza mundial en accesibilidad.

¡No dejes pasar la última oportunidad del año!

Todos podemos contribuir a la integración social y laboral de las personas con discapacidad y una manera sencilla y divertida de hacerlo es a través del deporte inclusivo.
La práctica de este tipo de actividades mejora las competencias físicas y sociales de todos los que las practican, pero puede resultar de especial utilidad para las personas con diferentes capacidades, ya que promueve el desarrollo de habilidades de todo tipo, como la orientación espacial, la coordinación general, el trabajo en equipo o la capacidad de compromiso. Además, los lazos personales que se establecen durante las mismas potencian su sociabilidad y autoestima, herramientas que, sin duda, las ayudarán a desenvolverse en su día a día.
Desde el programa de voluntariado corporativo de Santalucía, trabajamos mano a mano con diversas organizaciones del ámbito de la discapacidad y la inclusión, tales como la Asociación Talismán, la Fundación Adecco, la Fundación Aprocor o la Fundación AFIM. Solo este 2018, hemos participado en cuatro torneos de fútbol, cuatro marchas o carreras solidarias y un torneo de pádel. En todos estos eventos, nuestros voluntarios han contribuido a la integración de personas con discapacidad gracias al tiempo compartido y a su incondicional apoyo.

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