Energías renovables y el ahorro
Utilizar fuentes de energía renovables puede suponer un ahorro tanto económico como medioambiental. Para ello, es necesario adaptar la vivienda y así dejar de depender de los combustibles fósiles únicamente.
Algunos de los cambios que puedes llevar a cabo son la instalación de paneles solares, de calderas de biomasa y de pequeños aerogeneradores.
¿Qué tipos de energía renovables puedes utilizar?
La energía solar térmica es una de ellas. A día de hoy las edificaciones de nueva construcción que utilicen agua caliente sanitaria (ACS) disponen de ella.
Por otra parte, este tipo de energía renovable también se utiliza para producir frío en verano, sirve de apoyo a la calefacción en invierno y, además, se puede acumular en depósitos preparados para ello.
La biomasa es otra fuente de energías renovables. La biomasa es básicamente la materia orgánica que se puede aprovechar para generar energía. Se pueden utilizar los huesos de una aceituna, las cáscaras de almendras, astillas de madera…
Utilizar una caldera de biomasa puede suponer un ahorro considerable respecto al coste de otras fuentes de energía como son el gasoil, el gas o la electricidad. De primeras, deberás realizar una pequeña inversión, pero a medio-largo plazo este tipo de energía es muy rentable.
La energía fotovoltaica es una de las más conocidas. Los paneles solares son una buena manera de proporcionar a tu hogar parte de la electricidad que necesita.
Mediante una pequeña instalación podrás ahorrar un tanto por ciento en tu factura mensual de la luz. En comunidades de vecinos esta energía puede utilizarse para el gasto de la electricidad en zonas comunes como el ascensor o el garaje.
Estas son solo algunas de las opciones que puedes escoger para tu hogar. Además de ahorrar unos euros en las facturas, estarás contribuyendo a la sostenibilidad del planeta. Para ir introduciéndote en el ahorro y en consumo sostenible, te dejamos este enlace de FACUA para prender a consumir de manera responsable.