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En un mundo cada vez más tecnificado, caracterizado por una interacción creciente entre sistemas de información, datos y dispositivos, nuestro rastro digital se vuelve cada día más amplio y complejo. En este entorno de máxima conectividad, el conjunto de acciones cotidianas en la Red (búsquedas de información, compras online, publicaciones y comentarios en redes sociales, suscripción a boletines informativos, etc.) no hacen sino intensificar el impacto de nuestra huella digital.

Una marca que puede perpetuarse en el tiempo, perdurando incluso después de nuestra muerte. De ahí la importancia capital de gestionar correctamente la huella digital de una persona fallecida. Una acción, su borrado, con la que garantizar su privacidad y respeto, protegiendo su honor, imagen e intimidad. 

Este artículo proporciona una guía detallada sobre cómo abordar adecuadamente el proceso de eliminación de la huella digital de aquellas personas que ya no están con nosotros, cumpliendo con la legislación vigente y utilizando los recursos disponibles.

¿Qué es la huella digital?

Por definición, la huella digital de una persona incluye todos los rastros, datos e información de su actividad en línea: desde cuentas en redes sociales hasta registros en plataformas de e-commerce y correo electrónico, consultas web, reseñas en foros y un largo etcétera.

Esta derivada nos obliga a plantearnos qué ocurre si no se maneja bien esta información tras el fallecimiento de una persona, ya que esos registros generados en vida pueden seguir presentes en la Red y ser susceptibles de uso malintencionado tras el óbito.

¿Qué ocurre con este rastro digital cuando fallecemos? ¿Es posible eliminar ese historial que se ha ido fraguando a partir de información de carácter personal? En caso afirmativo, ¿cómo podemos llevarlo a cabo? 

Muchas redes sociales ofrecen la posibilidad de cerrar la cuenta de un fallecido y borrar sus datos personales. Para ello, los familiares o herederos deberán realizar un trámite que no siempre resulta fácil y sencillo.

¿Por qué es importante gestionar la huella digital de alguien que ha fallecido?

Como ya hemos anticipado, administrar la huella digital de una persona fallecida es crucial para proteger su privacidad y evitar la utilización indebida de sus datos personales. El borrado de este historial virtual ayuda a prevenir el fraude y el robo de identidad, al tiempo que mantiene el respeto por el legado digital del difunto.

De la misma manera, la supresión contribuirá, en muchos casos, a paliar el dolor que ese rastro puede causar a sus seres queridos, así como a evitar posibles situaciones incómodas o desagradables.

En esencia, la exposición en Internet de los datos de una persona fallecida tiene una clara consecuencia directa: la probabilidad de poner en jaque su privacidad e identidad digital, que podrían verse afectadas de manera muy perjudicial. Igualmente, ser objeto de diversos delitos, como pueden ser el fraude o la suplantación, las estafas. En este sentido, informar a las instituciones financieras y de crédito sobre el fallecimiento es un paso fundamental para bloquear el acceso no autorizado y evitar la creación de nuevas cuentas a nombre del difunto.

Derecho al olvido en Internet

La legislación nacional reconoce, en el marco de la sentencia de 2014 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y el Reglamento (UE) 2016/679 de Protección de Datos, el conocido como derecho al olvido. Una prerrogativa en virtud de la cual se puede solicitar, bajo determinadas condiciones y supuestos, la supresión de nuestros datos personales en los resultados de búsqueda en Internet. Así lo recoge en su enunciado la Ley General de Protección de Datos (LGPD)

Pero ¿qué pasa con las personas que ya no están con nosotros? ¿Cómo pueden ejercitar este derecho para limitar la difusión de sus datos personales? En este supuesto, remitiéndonos de nuevo a la legislación vigente, estarán facultadas para realizar esta gestión aquellas personas y herederos que guardan relación con el finado por razones familiares y de parentesco; o que hayan sido designadas, si fuera el caso, por el fallecido en su testamento

Así pues, en España, este proceso de supresión de información no solo está regulado por leyes específicas que protegen los datos personales; también se facilita a través de servicios innovadores, como los ofrecidos por los seguros de decesos. Productos que, entre sus coberturas y prestaciones, incluyen la eliminación de la huella digital.

La legislación española consagra el derecho de aquellas personas que guarden vínculo con otra fallecida por razones familiares o de hecho, así como sus herederos, a solicitar el acceso a los datos personales para su rectificación o supresión. 

¿En qué consiste el borrado de la huella digital?

Como usuarios de Internet, todos los días dejamos ‘migas’ en el ciberespacio que van forjando nuestro rastro e historial virtual. Así, el borrado de huella digital consistiría, básicamente, en rastrear dicho perfil en el conjunto de redes, motores de búsqueda, plataformas online, etc. para, acto seguido, solicitar la eliminación de la información (imágenes y vídeos, cuentas de correo, suscripciones activas a boletines y demás servicios…) y el cierre de los perfiles sociales, siempre de acuerdo con los términos que marca la ley.

Para eliminar la huella digital de una persona fallecida debemos seguir una serie de pautas. Antes de comenzar el procedimiento, es importante tener en cuenta la voluntad de la persona fallecida (conservar sus datos personales o proceder a borrarlos). En caso de que no se haya expresado o quede manifiesta, habrá que tomar una decisión al respecto. ¿Realizamos este trámite por nuestra cuenta, lo gestionamos a través de la póliza de decesos o delegamos el trámite en profesionales especializados?

Identificación y documentación legal necesaria

El proceso comienza con la identificación de todas las cuentas y presencias en línea del difunto. Los familiares o el ejecutor del testamento deben asegurarse de tener todos los derechos legales necesarios para actuar, lo que podría incluir obtener permisos a través de testamentos, poderes legales o incluso, en ausencia de estas directivas, a través de decisiones judiciales.

Conservación de recuerdos digitales y asesoramiento experto

Antes de proceder con la eliminación definitiva de cuentas, es importante conservar cualquier contenido valioso como fotos o documentos. Consultar a expertos en legado digital puede ser beneficioso para manejar estos tráde manera eficiente y respetuosa.

¿Cómo procedemos con redes sociales y demás proveedores de servicios digitales?

Es importante reseñar que cada plataforma de contenido online cuenta con sus propios protocolos y procedimientos, con sus políticas internas para la gestión de cuentas de usuarios fallecidos. 

Si conocemos las claves y credenciales, podríamos anticiparnos y cerrar sus perfiles. En caso contrario, deberíamos recurrir a los formularios y diversos cauces que ofrecen estos medios para solicitar el cierre de la cuenta y el borrado específico de la información, sabiendo de antemano que se trata de un proceso burocrático complejo y tedioso

Otra opción que no debemos olvidar es la memorialización. O lo que es lo mismo, la transformación y conservación de estos espacios digitales para el recuerdo de la persona fallecida.

Recurrir al seguro de decesos para la gestión y borrado de la huella digital

Como ya hemos visto, suprimir este rastro puede ser una decisión muy acertada para evitar diversas situaciones adversas que pudieran darse. Por ello, cada vez es más frecuente encontrar la cobertura de borrado de huella digital en los seguros de decesos. Un servicio de respaldo que permitirá a los allegados de la persona fallecida ahorrar tiempo y esfuerzo en la gestión de dicho procedimiento.

Estas pólizas abordan, por lo general, el cierre de cuentas en línea, la eliminación de perfiles de redes sociales y la gestión de correos electrónicos y suscripciones digitales, asegurando que toda información personal sea retirada de manera segura y conforme a la normativa.

Por ejemplo, Santalucía brinda dicho servicio en su modalidad Asistencia Global. Especialmente diseñado para cubrir necesidades que van mucho más allá de las prestaciones que puede ofrecer un seguro de decesos tradicional, la póliza incorpora la garantía opcional de Legado digital, una cobertura que comprende:

  • Borrado de la huella digital y los perfiles activos en Internet.
  • Servicio online para redactar un testamento.
  • Tramitación de las voluntades vitales anticipadas.

Conclusión

El correcto manejo de la huella digital de un fallecido es un acto de cuidado y respeto hacia su legado y privacidad. Los seguros de decesos que incluyen la eliminación de la huella digital entre sus garantías y coberturas ofrecen una solución integral para asegurar que este importante aspecto (ejercitar el derecho al olvido) no se pasa por alto.

La preocupación por el medioambiente ha calado en muchos aspectos de la vida moderna, y las prácticas funerarias no son una excepción.
Huella digital: qué es y cómo borrarla cuando una persona fallece