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La irrupción de las redes sociales ha transformado por completo nuestras vidas, dando un nuevo impulso y dimensión al uso de Internet y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Una auténtica revolución que, entre otros aspectos, nos permite una conexión y unas interacciones inmediatas y más fluidas, que, entre otras consecuencias, no hacen sino incrementar nuestra huella digital.

De ahí que, en un mundo cada vez más digitalizado, comprender y administrar correctamente esa huella digital se haya convertido en una necesidad imperiosa. Este artículo explora qué es la huella digital, cómo se genera y cómo podemos gestionarla para proteger nuestra privacidad y seguridad en línea.

Huella digital: definición y conceptos clave

¿Qué es una huella digital?

En primer lugar, debemos ser plenamente conscientes de que todo lo que hacemos en Internet, la navegación que efectuamos en la Red y con nuestros dispositivos electrónicos, deja un rastro. Esa ‘traza’ generada a partir de nuestras actividades y comportamientos online, que no podemos evitar, es lo que se conoce como huella digital. Así, cada sitio web que visitamos, cada búsqueda que realizamos y cada interacción en las redes sociales contribuye a formar esta ‘marca’ única.

¿Qué riesgos entraña la huella digital?

La inmensa mayoría de páginas compilan datos de los usuarios que interactúan con ellas, definiendo un perfil trazable muy específico a partir de ese comportamiento en el ecosistema digital. La información personal que facilitamos al navegar y que, en ocasiones gustosamente compartimos -y otras veces no-, es visible y accesible para todo el mundo, además de permanente, incluso una vez fallecidos, con el peligro que podría entrañar un mal uso de esta por parte de terceros.

Además, como consecuencia directa de esta exposición virtual, podemos poner en peligro nuestra privacidad e identidad digital, que podrían verse afectadas negativamente en los planos personal y profesional. En este sentido, señala el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), los riesgos son muchos y muy variados: robo y suplantación de identidad, fraudes, extorsiones y amenazas, etc. De ahí la importancia de extremar la atención en el momento de proporcionar información personal en el ciberespacio.

Compartir datos personales a través de Internet expone y compromete nuestra privacidad. Por ello, nada mejor que hacer un uso responsable de la información que volcamos en la Red.

Tipos de huella digital

A la hora de clasificar la huella digital en Internet podemos hablar de dos tipos principales: activa y pasiva.

  • La huella digital activa incluye la información que proporcionamos conscientemente, de forma voluntaria, como nuestros posts en redes sociales, una reseña o un formulario online cumplimentado. Por tanto, nos encontramos ante consentimientos expresos a la hora de facilitar esos datos.
  • Por otro lado, la huella digital pasiva se crea cuando los sitios web y las aplicaciones recopilan información sin una acción directa por nuestra parte, a través de cookies y otros rastreadores, por ejemplo. Es decir, en este caso, como usuarios, no somos plenamente conscientes de que se están recopilando nuestros datos a partir de un proceso oculto, señala la multinacional especializada en seguridad informática Kaspersky Lab.

La creación y gestión de huellas digitales

Cómo se generan las huellas en internet

Ya hemos visto que cada acción online, desde comentar en un blog hasta realizar una compra en línea, contribuye a forjar nuestra huella digital. Estas iniciativas ‘recolectan’ información, más o menos crítica, que queda registrada y almacenada por diversos entes en la Red para formar un perfil detallado de nuestras preferencias, tendencias, gustos, hábitos y comportamientos al que sugerir una determinada publicidad, incitar a realizar acciones específicas, etc.

Herramientas para controlar tu huella

Controlar nuestra huella digital en Internet no es una tarea fácil. Todo lo contrario. Se trata de un proceso complejo que requiere un gran esfuerzo; de una actitud proactiva para intentar que nuestra experiencia online sea más privada y segura.

En primer lugar, en la cruzada por obtener cierto control de nuestra huella online, conviene reseñar un aspecto esencial que no podemos pasar por alto, por obvio que parezca: tomar conciencia de la importancia y el valor de los datos e informaciones que compartimos en la Red.

En este sentido, resultará de gran ayuda conocer la legislación en el ámbito de la protección de datos de carácter personal. La norma, apunta la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), nos otorga derecho a ejercer acciones en materia de acceso, rectificación, oposición, supresión (“derecho al olvido”), limitación del tratamiento, portabilidad, así como a no ser objeto de decisiones individualizadas.

El “derecho al olvido”, recogido en el Reglamento General de Protección de Datos y en la Ley Orgánica de Datos personales y Garantía de Derechos Digitales (LOPDGDD), consagra el control personal de la información privada que circula en la Red y la posibilidad de suprimir el rastro que una persona deja en Internet.

En segunda instancia, es recomendable poner en marcha un conjunto de buenas prácticas para tratar de mitigar ese ‘poso’ lo máximo posible. A la hora de gestionar nuestra huella digital podemos utilizar, entre otras herramientas de privacidad:

  • Navegadores seguros capaces, asimismo, de ofrecer protección frente a un gran número de amenazas en la Red.
  • Redes privadas virtuales (VPNs) que enmascaran y encriptan la IP de nuestros equipos informáticos.
  • Antivirus.
  • Revisión periódica de los parámetros de seguridad de nuestros dispositivos electrónicos y limpieza regular de las cookies y el historial de navegación.
  • Extensiones para bloquear rastreadores y anuncios.
  • Configuraciones parentales y de privacidad en nuestras cuentas de redes sociales y dispositivos.

¿Seremos capaces con estas medidas de mantener el anonimato en la web y nuestra privacidad totalmente a salvo? Seguramente, no. Es muy complicado que esta información se suprima y desaparezca por completo. Sin embargo, tenemos al alcance de la mano la posibilidad de controlar, hasta cierto punto, nuestra presencia en Internet y minimizar ese rastro virtual habida cuenta de los riesgos que conlleva la huella digital.

Un objetivo que implica ser conscientes, en todo momento, de las configuraciones de privacidad disponibles, utilizar modos de navegación privada y ser selectivos y responsables con la información personal que compartimos en línea (vídeos, fotografías, publicaciones y comentarios, etc.).

Conclusión

La gestión efectiva de la huella digital es fundamental para proteger nuestra privacidad en un entorno online. Al comprender y controlar cómo se crea y se gestiona nuestra huella digital, podemos tomar mejores decisiones sobre nuestra presencia y reputación en Internet

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Qué es exactamente una huella digital en Internet?

La huella digital en Internet se refiere al conjunto de datos que se generan a partir de las actividades y comportamientos de un usuario en la web. Incluye toda la información que dejas, tanto voluntaria como involuntariamente, al navegar por la Red.

¿Cuáles son los tipos de huella digital?

Existen principalmente dos tipos de huella digital: activa y pasiva. La activa se crea cuando los usuarios proporcionan información directamente, como al publicar en redes sociales. La pasiva se forma a través de las actividades en línea que son rastreadas por cookies y otros métodos sin intervención directa del usuario.

¿Cómo se genera mi huella digital? 

Tu huella digital se genera a través de diversas actividades en línea, como las búsquedas que realizas, los sitios web que visitas, las compras en línea que efectúas y tus interacciones en redes sociales. Cada una de estas acciones deja un rastro de datos que forman tu huella digital.

¿Qué herramientas puedo utilizar para gestionar mi huella digital?

Puedes utilizar herramientas como navegadores web que se enfocan en la privacidad, extensiones para bloquear rastreadores, VPNs para encriptar tu actividad en línea, y configuraciones de privacidad en tus cuentas de redes sociales y dispositivos para gestionar y reducir tu huella digital.

¿Qué pasos puedo seguir para minimizar mi huella digital? 

Para minimizar tu huella digital puedes: ajustar las configuraciones de privacidad en tus dispositivos y cuentas online, utilizar modos de navegación privada, evitar el uso compartido de información personal innecesaria y limpiar regularmente tus cookies y el historial de navegación.

¿Es posible eliminar completamente mi huella digital de Internet? 

Eliminar completamente tu huella digital puede ser extremadamente difícil, especialmente si has estado activo en línea durante muchos años. Sin embargo, puedes tomar medidas significativas para reducir tu presencia en línea y gestionar la información disponible sobre tu persona en la Red.

 

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