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El sepelio en la cultura judía es una ceremonia cargada de simbolismo y respeto hacia el fallecido y su familia, mostrando apoyo, consuelo y orientación espiritual para aquellos que pierden a un ser querido.

Este rito, profundamente enraizado en tradiciones milenarias, destaca por su solemnidad y el enfoque en honrar la memoria del difunto de una manera que refleje los valores y creencias culturales y religiosas del judaísmo. A través del entierro rápido, las oraciones funerarias y el proceso de duelo comunitario, los judíos enaltecen a sus seres queridos fallecidos y encuentran consuelo en la creencia de la continuidad del alma más allá de la muerte.

En este artículo, exploraremos en detalle las características y el significado del sepelio judío, conectando con otras prácticas funerarias alrededor del mundo.

La muerte en la tradición funeraria judía

Basadas en preceptos recogidos en la Torá, el Libro de la Ley, con sus historias y mandatos divinos, la tradición y la costumbre impregnan los rituales funerarios judíos, especialmente entre aquellas comunidades de corte más ortodoxo y conservador.

En muchas sociedades y culturas, la muerte es considerada un tema tabú que suscita desasosiego, temor, angustia o miedo. Como en otras muchas religiones, la muerte juega un papel muy destaco en el judaísmo, una doctrina para la que morir, el final de la existencia terrenal o material, representa tan solo un cambio de estado, una liberación, por la cual el alma abandona el cuerpo físico para desarrollar una relación eterna con Dios.

Un vínculo que vendrá determinado, a su vez, por el cumplimiento de los Mitzvot, los 613 mandamientos, preceptos u ordenanzas positivas y negativas contenidas en las sagradas escrituras que deben seguirse en vida para granjearse una recompensa inmortal junto al Creador.

La preparación del cuerpo

En la costumbre judía, el respeto por el cuerpo del difunto es fundamental. Según la tradición, tras el último aliento es preceptivo esperar al menos 20 minutos antes de tocarlo, por si la persona aún no hubiese perecido. Acto seguido, los miembros de la Jevrá Kadishá (en hebreo, Hermandad Sagrada) se encargarán de que un médico certifique la defunción y de que una persona permanezca con el cadáver hasta la Kevurah Be Karka, su sepultura en tierra (nunca incineración para el judaísmo más tradicional, prohibida por la Torá), ya que el cuerpo debe estar en todo momento acompañado por un ‘guardián’ o vigilante, cubierto, en el suelo y rodeado de velas encendidas desde el óbito hasta el entierro.

Los integrantes de esta sociedad, cuya población en nuestro país está conformada por cerca de 45.000 personas, según la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), serán, asimismo, los responsables de preparar el cuerpo, considerado un envoltorio terrenal del alma sagrada, para el enterramiento.

El primer paso es el Tahara, un ritual de purificación donde el cuerpo se lava cuidadosamente y se viste con un simple sudario blanco llamado Tachrichim. Este proceso simboliza la pureza y la igualdad ante Dios, ya que todos, independientemente de su estatus en vida, son enterrados de la misma manera.

Enterrar al difunto el mismo día, guardar luto u ofrecer consuelo a los dolientes por la pérdida de un ser querido son algunos de los grandes Mitzvot (preceptos o mandamientos) que, según la tradición rabínica, todo judío está obligado a cumplir en vida.

El velatorio: Shmirá

La Jevrá Kadishá proporcionará, además, las indicaciones pertinentes para las plegarias y el ritual, permitiendo que los familiares, seres queridos y allegados del fallecido no tengan que preocuparse por ningún detalle hasta una vez concluido el sepelio.

Una vez preparado el cuerpo, se realiza la Shmirá, un período de vigilancia continua hasta el momento del entierro. Durante este tiempo, familiares y amigos recitan salmos y oraciones en honor al difunto. Una práctica que refleja el respeto y la protección hacia el fallecido.

No obstante, siempre pueden darse excepciones a que previamente se deben consultar con un rabino versado en el Talmud (el texto capital del judaísmo rabínico) y la ley judía.

El entierro judío: simplicidad y respeto

La tradición hebrea ‘manda’ que el entierro se lleve a cabo a la mayor brevedad posible, sin que pueda oficiarse en Sabbat (sábado, el día sagrado de la semana en el calendario judío) ni en Iom Tov (festividades bíblicas).

Así, el funeral judío (Levaiá) se oficia, por lo general, dentro de las 24 horas posteriores al fallecimiento, siguiendo la creencia de que el cuerpo debe regresar a la tierra de manera rápida, pues de esta forma se libera el alma para su reencuentro con Dios. Sin embargo, el servicio puede dilatarse algo en el tiempo siempre y cuando sea para rendir honores al difunto. 

El ataúd (Oron), sencillo y sin adornos, de madera -una opción más sostenible-, simboliza la humildad y la transitoriedad de la vida.

Durante la ceremonia, se recitan oraciones y el Kadish, una plegaria pronunciada por los familiares y parientes cercanos (Aninut) que exalta y santifica el nombre de Dios. Un aspecto distintivo es que los asistentes al entierro ayudan a enterrar el cuerpo, arrojando tierra sobre el féretro, una Mitzvá muestra final de respeto que simboliza el cierre de un ciclo.

A la hora de expresar el dolor de forma controlada al amparo de los preceptos religiosos hebreos, los deudos judíos -esto es, aquellos que guardan afinidad familiar o consanguinidad con los difuntos-, se rasgan una prenda de vestir -o cortan una cinta prendida en las vestiduras- antes del funeral (Kriá) como muestra de enojo, de frustración por la muerte de un ser querido y, al mismo tiempo, de aceptación de la muerte.

Imagen de tumbas en un cementerio judío de Israel.

"Dios, lleno de misericordia, que moras en las alturas, concede el reposo eterno bajo las alas protectoras de tu Presencia Divina [...] El Dios de la Misericordia lo protegerá para siempre [...] y atará su alma en el vínculo de la vida. Adonai es su patrimonio; que descanse en su lugar de reposo en paz, y digamos: Amén".

El Maleh Rajamin, o Dios lleno de misericordia, es una de las oraciones fúnebres más importantes en la tradición judía. Una plegaria conmemorativa, cantada o recitada al final del funeral, que recuerda al difunto y pide por el descanso eterno de su alma. Además, suplica consuelo por la pérdida y fortaleza a los dolientes que han de guardar luto para aceptar la voluntad divina.

Período de duelo judaico: Shiva

En el judaísmo no existe el culto a los muertos. No obstante, la pérdida de un ser querido conlleva, como en la mayoría de ritos funerarios alrededor del mundo, un proceso de duelo marcado por la celebración de una serie de ritos muy estrictos con los que se pretende ofrecer asistencia, compañía y consuelo a los dolientes que ayude a sobrellevar y superar un momento tan difícil y doloroso.

Después del sepelio, comienza la Shiva, un período de luto de siete días -para los siete grados de parentesco (padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana o esposa)- donde la familia se reúne en casa para recibir a amigos y seres queridos. Este tiempo se dedica a recordar y honrar la vida del difunto, y proporciona un espacio para el apoyo emocional y espiritual.

A su vez, este lapso de siete días forma parte del Sheloshim, una etapa de luto que tiene una duración de 30 días. Por su parte, en el transcurso del Avelut, los hijos del difunto deberán respetar una fase de duelo durante 12 meses desde el día del entierro.

La piedra en la tumba

Una vez concluido el entierro, es común que los visitantes dejen piedras en la tumba en lugar de flores. Este gesto, cargado -una vez más- de simbolismo, representa la permanencia del recuerdo y el respeto hacia el fallecido. Las piedras, a diferencia de las flores, no se marchitan, simbolizando la eternidad del alma y la memoria.

Conexión con funerales en el mundo

Las prácticas funerarias en la cultura judía, aunque únicas, comparten un objetivo común con otras tradiciones alrededor del planeta: honrar la vida del fallecido y proporcionar consuelo a los vivos. Al igual que ocurre en los funerales practicados en diversas culturas, el sepelio judío ofrece una perspectiva rica en significado y tradición, donde el respeto por el difunto y el apoyo comunitario son elementos centrales.

Por ejemplo, en algunas sociedades asiáticas, el funeral es un evento social donde los rituales están destinados a asegurar un buen tránsito al más allá y el bienestar de los vivos. De manera similar, en la cultura hebrea, las liturgias de Shmirá y Shiva subrayan la importancia de la comunidad y el apoyo emocional durante el proceso de duelo.

Conclusión

El sepelio en la cultura judía es una expresión profunda de fe, respeto y comunidad. Basado en un arraigado conjunto de creencias de acuerdo con las enseñanzas de la Torá, desde la preparación del cuerpo hasta el ritual de Shiva, cada paso está impregnado de simbolismo y tradición que busca honrar la vida y memoria del difunto, con la firme creencia en la igualdad de todas las vidas humanas.

Explorar estas prácticas no solo nos permite apreciar la diversidad cultural, sino también encontrar puntos comunes que nos unen en nuestra humanidad compartida. El sepelio judío ofrece una rica contribución a la comprensión de cómo diferentes culturas enfrentan y honran la inevitable realidad de la muerte.

Los seguros de Decesos de Santalucía ajustan sus servicios a las creencias civiles o religiosas de los asegurados, respetando en todo momento la libertad de culto. Por ello, las pólizas garantizan, en este caso, la cobertura del funeral judío según las prácticas, ritos, creencias y tradiciones del judaísmo para despedir a un ser querido.

Preguntas frecuentes sobre el sepelio en la cultura judía

  • ¿Qué es el sepelio en la cultura judía? El sepelio en la cultura judía es una ceremonia que incluye la preparación del cuerpo, el velorio, el entierro y el período de luto conocido como Shiva. Cada etapa está cargada de simbolismo y respeto hacia el fallecido y su familia.
  • ¿En qué consiste el ritual de Tahara? El ritual de Tahara es la purificación del cuerpo del fallecido mediante su lavado y posterior vestimenta con un sudario blanco, llamado tachrichim, simbolizando pureza y humildad.
  • ¿Qué es la Shiva y cuánto dura? La Shiva es un período de luto de siete días donde la familia del difunto se reúne en casa para recibir a amigos y seres queridos, recordando y honrando la vida del fallecido.
  • ¿Por qué se colocan piedras en la tumba en lugar de flores? Las piedras simbolizan la permanencia del recuerdo y el respeto hacia el fallecido, ya que, a diferencia de las flores, no se marchitan y representan la eternidad del alma.
  • ¿Este tipo de sepelio está incluido en el seguro de Decesos de Santalucía? Sí, los seguros de Decesos de Santalucía proporcionan los servicios necesarios para un sepelio judío, asegurando que se respeten todas las tradiciones y rituales.
  • ¿Cuántos judíos hay en España actualmente? Actualmente, se estima que hay aproximadamente 45.000 judíos viviendo en España.
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