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La muerte es una cuestión común a todas las culturas y sociedades del planeta. Un concepto universal, antagónico a la vida, que ha de suceder, tarde o temprano, de manera inevitable. Sin embargo, cada religión confiere, según sus dogmas, una explicación y un significado a este hecho natural.

Al igual que ocurre en el cristianismo y el judaísmo, para el islam, la muerte implica la separación del cuerpo (transitorio y perecedero) y el alma (inmaterial, eterna e inmortal), dando paso a la verdadera existencia. Los musulmanes creen en la vida después de la muerte, con la firme convicción de que, al fallecer, serán juzgados según las acciones realizadas durante su estancia terrenal: las buenas obras recompensarán a los piadosos conduciéndolos al Paraíso (Yanna o Jannah), al más allá, para “ver el rostro de Alá”, como afirma el Corán; por el contrario, las malas condenan al infierno. 

Esta visión religiosa, social y cultural sobre la muerte se refleja escrupulosamente en las prácticas funerarias musulmanas. Así, el funeral es un acto sagrado y profundamente significativo, cargado de rituales que reflejan la fe y las tradiciones islámicas. Este proceso, que se lleva a cabo con respeto y solemnidad, destaca por su simplicidad y por la importancia de la comunidad.

En este artículo, exploraremos en detalle las características y el simbolismo del sepelio musulmán, estableciendo conexiones con otros ritos funerarios alrededor del mundo.

El funeral islámico

Para el islam, los funerales son ceremonias que sirven para honrar al difunto y, al mismo tiempo, recordarnos nuestra propia mortalidad, debiendo oficiarse bajo las enseñanzas del Corán y de la Sunna, el conjunto de preceptos que se atribuyen al profeta Mahoma y a los primeros cuatro califas ortodoxos.

El respeto al fallecido y la inmediatez marcan la celebración de las exequias por un ser querido. ¿El motivo? Cuando un musulmán perece, sus familiares deben darle sepultura rápidamente, llevando a cabo una serie de preparativos muy solemnes, cuidadosamente definidos y asentados en costumbres muy arraigadas. De este modo, el alma podrá ‘escapar’ lo antes posible del cuerpo, de su envoltorio material, dando comienzo esa verdadera existencia.

Por ello, en sintonía con la noción de transitoriedad de la vida terrenal y el precepto islámico de devolver el cuerpo a la tierra cuanto antes, el entierro tiene lugar en los tres días siguientes al momento de la defunción, poniendo en práctica una serie de procedimientos que detallamos a continuación:

Preparación del cuerpo

El primer paso en el sepelio musulmán es la Ghusl, el lavado ritual del cuerpo del fallecido. Este acto corre a cargo de los familiares del mismo sexo, quienes lo limpian y purifican siguiendo una serie de pasos específicos.

Esta acción debe ejecutarse de una manera muy concreta, con una cifra impar de baños (el último, utilizando perfume o almizcle) y un número de pasos que indican qué parte se lava en qué orden.

Tras el lavado, el cuerpo se envuelve ceremonialmente en una tela blanca de algodón sin costuras; una mortaja que recibe el nombre de Kafan. Este sudario representa la pureza, la igualdad y la humildad ante Dios.

Traslado del cuerpo

Por lo general, el traslado del cuerpo se lleva a cabo en un ataúd de madera abierto, sin tapa, que no se utilizará más tarde en el entierro, puesto que los cuerpos se depositan directamente en la tierra. Además, a la procesión funeraria tan solo asisten hombres.

Según la tradición funeraria islámica, el blanco es el color recomendado para amortajar a los fallecidos y observar el período de duelo.

El velorio: Janazah

A diferencia de otras culturas y religiones, en la tradición musulmana no hay un velatorio prolongado. Al revés, suelen ser servicios cortos y muy formales dirigidos por un imán, el guía espiritual de la comunidad.

El momento de recogimiento lo proporciona la oración fúnebre llamada Janazah. Esta plegaria basada en cantos y rezo del Corán, libro en que se contienen las revelaciones de Dios a Mahoma, se efectúa en una mezquita o en un espacio abierto dentro del cementerio (Al-dafin), donde los seres queridos del fallecido y la comunidad se reúnen para rezar por su alma y presentar sus respetos.

El entierro: simplicidad y rapidez

En el entierro propiamente dicho, el difunto es colocado en la tumba sin ataúd, directamente sobre la tierra o en un sencillo féretro sin adornos, orientado hacia La Meca, el lugar sagrado para las personas que practican la religión islámica.

Durante el sepelio, se lee la primera Sura del Corán (Al-Fātiḥa), se recitan oraciones y se pide perdón por el fenecido. Es común que los asistentes arrojen tierra sobre el cuerpo, una práctica que simboliza, nuevamente, el retorno a la tierra, el ciclo de la vida y la creencia en la resurrección.

Al igual que ocurre en los funerales judíos, la religión musulmana prohíbe la cremación o incineración del cuerpo, así como cualquier otra práctica que no sea enterrar el cadáver bajo tierra. Del mismo modo, tampoco están permitidos los actos de lamento excesivo, dolor desmesurado y llantos descontrolados, así como otras muestras de emoción extrema, recomendándose moderación y decoro.

Período de luto: Aza

Tras el óbito y entierro de un ser querido es preceptivo fijar un tiempo de duelo para ayudar a los deudos a recuperarse anímicamente y superar la pérdida. Un proceso de adaptación emocional que también tiene cabida en los ritos funerarios musulmanes. Así, después del sepelio, comienza el período de luto conocido como Aza, que dura tres días y se expresa con el color blanco, una tonalidad que se asocia con la pureza y la limpieza.

Durante este intervalo, en el que se prohíbe la ostentación en vestimentas y adornos, la familia recibe visitas y apoyo de la comunidad, se recitan oraciones y se leen pasajes del Corán, el texto sagrado del islam. Esta etapa es fundamental para el consuelo y la unión en torno a los dolientes.

Como excepción a esta fase de duelo de tres días encontramos el Iddah, el lapso temporal de cuatro meses y 10 días que una mujer viuda debe cumplir tras la muerte de su marido o después de un divorcio, en el cual no puede volver a casarse.

El funeral musulmán descansa en las enseñanzas del Corán y la Sunna, con un ritual fúnebre que contempla el lavado y purificación del cuerpo, su amortajamiento, el oficio de una ceremonia religiosa y el sepelio del cuerpo en tierra.

Conexión con funerales en el mundo

Las honras fúnebres en la cultura musulmana, aunque específicas y únicas, comparten elementos comunes con otras tradiciones funerarias alrededor del mundo, poniendo en valor la manera en que los seres humanos procesan la pérdida y recuerdan a sus difuntos, abordando la muerte con dignidad y respeto.

Por ejemplo, la veneración por el cuerpo del fallecido y la importancia de la comunidad son principios que se encuentran en muchas sociedades, como en la tradición judía, donde el cadáver también es lavado y se observa un período de luto similar al Aza; o en culturas como la hindú, con sus rituales de purificación y el acompañamiento comunitario durante el luto.

Conclusión

El sepelio en la cultura musulmana es una expresión profunda de fe, respeto y comunidad. Desde la preparación del cuerpo hasta el período de luto, cada paso está impregnado de simbolismo y tradición que busca honrar la vida y memoria del difunto

Los seguros de Decesos de Santalucía amoldan sus servicios a las creencias religiosas de los asegurados, respetando en todo momento la libertad de culto. Es el caso, por ejemplo, de los funerales musulmanes, cuya cobertura se lleva a cabo según los usos, prácticas y tradiciones del islam a la hora de dar el último adiós a un querido.

Preguntas frecuentes sobre el sepelio musulmán

  • ¿Qué es la Ghusl en el sepelio musulmán? La Ghusl es el lavado ritual del cuerpo del fallecido, realizado por familiares del mismo sexo para purificar y preparar el cuerpo para el entierro.
  • ¿Qué es el Kafan y cuál es su significado? El Kafan es una tela blanca sin costuras en la que se envuelve el cuerpo del fallecido. Simboliza la pureza, la igualdad y la humildad ante Dios.
  • ¿Cómo se realiza la oración fúnebre o Janazah? La Janazah es una oración que se realiza lo más pronto posible después del fallecimiento, donde la comunidad reza por el alma del difunto en una mezquita o espacio abierto.
  • ¿Por qué se entierra el cuerpo rápidamente en la cultura musulmana? El cuerpo se entierra rápidamente para cumplir con el precepto islámico de devolver el cuerpo a la tierra cuanto antes, respetando el ciclo de la vida.
  • ¿Cuál es la duración del período de luto o Aza? El Aza dura tres días, durante los cuales la familia recibe visitas y apoyo de la comunidad, se recitan oraciones y se leen pasajes del Corán.