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¿Te has parado a pensar el tiempo que inviertes en esta acción cada día? Si quieres que esta actividad sea más sencilla, no tienes más que planificar tu menú semanal.

Ventajas de planificar

  1. Alimentación más sana y equilibrada.
  2. Ahorrar el gasto en la compra.
  3. Organización más eficiente a la hora de cocinar.

Vivimos en un mundo en el que el tiempo es oro y gastar el tiempo en tareas poco gratificantes no suele estar en nuestra agenda. Hay tareas necesarias en nuestro día a día que gustan más o menos como puede ser la limpieza del hogar o preparar la comida. Hoy nos vamos a centrar en esta última.
Si no eres de esas personas creativas, culinariamente hablando, que simplemente con abrir la nevera y la despensa te preparan un plato sabroso y saludable en 10 minutos, te interesa seguir leyendo. Cuántas veces te has quedado plantado delante de la nevera y pensando qué vas a hacer para comer. 

Cómo planificar un menú semanal

La primera vez seguro que te parece que inviertes mucho tiempo en planificar, pero con el tiempo esta tarea será más rápida.
¿Qué necesitas para comenzar a organizarte?
Tener una plantilla es fundamental para organizarte correctamente. Puedes hacer una tú mismo, descargarla por Internet o utilizar alguna aplicación móvil. Tú eliges la opción que más te guste.
Una vez tengas la plantilla en el formato que hayas escogido, llega la hora de sentarse y darle a la cabeza. Tómate un tiempo para pensar en el menú. Escoge si lo harás de los 5 días laborales o, por el contrario, necesitas tener toda la semana organizada. Mientras vas pensando en los menús, ten a mano una lista de la compra para apuntar todos aquellos alimentos que debes comprar en esa semana.
Llega el momento de pensar el menú con el papel y el lápiz en la mano. ¿Cómo lo hago? ¿Qué debe contener un menú para ser sano y equilibrado? Si alguna de estas preguntas rondan tu cabeza, te ayudamos a resolverlas.
Para que un menú diario sea saludable debes intentar respetar las porciones de los platos:

  • ¼ de plato de carbohidratos: pan, pasta, arroz, legumbres o cereales.
  • ¼ de plato de proteínas: carne, pescado, huevo…
  • ½ plato de verduras.

Con estas porciones ya puedes comenzar las combinaciones para hacer platos diferentes cada día y que sean siempre equilibrados y saludables.

Un último consejo

Recuerda que si caes en la monotonía de hacer siempre los mismos platos, te aburrirás enseguida. Cuando te pongas a hacer la planificación semanal, utiliza parte del tiempo en buscar recetas nuevas y divertidas en las que poder combinar alimentos nuevos. Llegará un momento en que la planificación de los menús semanales sea rápida, sencilla y entretenida. ¡Buen provecho!

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