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Lo creas o no, los siniestros de fuego en el hogar son uno de los accidentes más comunes en nuestro país. Y es que, según los datos que ofrece la patronal Unespa, en 2022, las aseguradoras destinaron del orden de 265 millones de euros para cubrir los 75.837 incendios registrados en el ámbito doméstico (uno cada siete minutos, aproximadamente). Cifras que sitúan el desembolso diario en unos 725.000 euros, tan solo superado por el gasto que supusieron los daños por agua y la rotura de cristales.

Si analizamos la siniestralidad en viviendas en conjunto, durante el pasado año, los seguros pagaron 2.945 millones de euros para hacer frente a los 8,1 millones de incidentes contabilizados. De ellos, el 9 % se corresponde a percances relacionados con el fuego, detalla el informe de la asociación empresarial. 

¿Qué dificultades habrán tenido que enfrentar quienes hayan sufrido un incendio en casa sin seguro? Además del trauma que supone pasar por una experiencia así, y en caso de haber resultado ilesos, el principal desajuste recae en la economía familiar.

Solucionar los problemas derivados de este accidente puede provocar un desembolso inasumible de forma inmediata. Contratar un perito que realice un informe de los daños y después afrontar el coste de la reparación suele suponer una cuantía no apta para todos los bolsillos.

Por ejemplo, si se produjera un incendio en tu hogar que se propagara por la comunidad de propietarios causando daños graves al inmueble o incluso a vecinos, ¿podría reclamarte la aseguradora de la finca al ser tu hogar el origen del fuego? ¿Se haría cargo el seguro comunitario?

Por supuestos como este, los seguros de hogar se convierten en la mejor opción para evitar sorpresas desagradables.

¿Estás obligado por ley a tener un seguro de hogar?

En España, el 80 % del parque residencial dispone de un seguro de hogar, según Unespa. Contratar una póliza de vivienda es recomendable, pero ¿y obligatorio? Según la normativa española, no. Tan solo será preceptivo asegurarla en caso de que tu propiedad esté hipotecada, de acuerdo con lo establecido en el artículo 10 del Real Decreto 716/2009. Es decir, al menos, con la protección más básica (incendio y elementos naturales, junto a otros daños a los bienes) que cubra los desperfectos que se puedan ocasionar en el inmueble.

Además, la legislación contempla otro supuesto para suscribir de manera obligatoria un seguro de hogar: si lo exige un contrato de alquiler.

Pero, incluso en régimen de alquiler, contar con un seguro de hogar si somos inquilinos puede suponer una inversión en tranquilidad y seguridad, ya que contarás con protecciones como la cobertura de incendio de la vivienda o la garantía de responsabilidad civil.

Por lo que, considerando los inconvenientes que puede suponer para ti y tu familia sufrir un incendio en casa sin tener seguro, ¿por qué no evitarlo?

Aunque la ley no obliga a la contratación de un seguro de hogar, deberás hacerlo en caso de que tu vivienda esté hipotecada o si lo exige un contrato de alquiler.

¿Qué coberturas sobre incendios incluye una póliza?

Para proteger tu inmueble frente a un incendio accidental, como puede ser, por ejemplo, el provocado por un rayo o una explosión, basta con que cuentes con un seguro de hogar básico. Una garantía que, aunque pueda parecer lo contrario, te brinda la confianza de saber que, en caso de una tragedia inesperada, tu patrimonio y bienestar económico estarán resguardados.

Algunas de las coberturas de esta póliza incluyen:

  • Daños causados: se indemniza por los estragos ocasionados por las llamas, según las condiciones estipuladas en el contrato. Como garantía básica, todas las modalidades de seguros de hogar de Santalucía ofrecen un máximo de cobertura del 100 % de la suma asegurada de continente y contenido.
  • Intervención de los bomberos: en función del seguro, puede incluir la totalidad o solo una parte de los gastos del apagado del fuego y el rescate de personas. Las pólizas de Santalucía cubren la tasa por la participación de los bomberos, así como otros gastos que se generen para su extinción (entre otros, la reposición de los extintores comunitarios).
  • Reconstrucción de la vivienda: la aseguradora suele fijar un límite máximo de los costes que asume en estos casos. Esta cobertura aplica, igualmente, a los elementos del jardín, como recinto anexo al inmueble, en caso de que se vean ‘golpeados’ por el siniestro.
  • Alojamiento temporal: solo en algunas pólizas y si las afectaciones son tan significativas (inhabitabilidad de la vivienda) que su reparación requiere el traslado a un hotel u otra vivienda de alquiler.

¿En qué casos no cubre un incendio tu seguro?

Es importante recordar que los seguros de hogar suelen incorporar algunas exclusiones específicas en su cobertura. Por ejemplo, cuando:

  • El origen es una negligencia o descuido del usuario.
  • Ha sido provocado (ya sea por el asegurado o por un tercero).
  • El daño se debe a un chispazo de un enchufe o conexión.
  • Se producen quemaduras por cigarrillo en el mobiliario.
  • Existe falta de mantenimiento en el entorno doméstico.
  • Algo se cae de una sartén o una chimenea.
  • Se quema algún otro objeto con una plancha.

Algunos de estos casos podrían evitarse con la presencia de detectores de humo e incendios en el hogar. Una instalación muy conveniente para impedir estos contratiempos.

En situaciones donde el daño es causado por el calor sin propagación (por ejemplo, la quemadura de una plancha para la ropa), la póliza no proporciona protección.

Por último, los objetos de mayor valor que puedan verse afectados, como:

  • las joyas,
  • los objetos artísticos,
  • las colecciones
  • o el dinero en efectivo

... solo quedarán amparados por una póliza de hogar si están incluidos en el contrato y debidamente identificados, según dispone la Ley de Contrato de Seguro en su artículo 46.

Experimentar un incendio en una casa sin seguro puede ser una pesadilla debido a todas las implicaciones que conlleva: trauma emocional, gastos inesperados y cuantiosos, desplazamientos, alteraciones en la rutina, pérdida de bienes… Por eso, aunque solo sea obligatorio en algunos casos, ¿para qué correr riesgos innecesarios?

 
 

No esperes a que sea demasiado tarde. Asegura tu hogar hoy mismo y protege a tus seres queridos y tu propiedad. ¡No te la juegues!

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