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Los electrodomésticos deben reciclarse una vez dejen de funcionar.


Cambiar los electrodomésticos viejos por unos nuevos con certificado de eficiencia energética es una práctica habitual hoy en día. Pero ¿qué hacemos con los viejos electrodomésticos? La respuesta es sencilla, se debe reciclar.
La importancia de reciclar los electrodomésticos reside en que ninguno de sus componentes es biodegradable, por lo que si no se reciclan emitirán sustancias químicas que contribuirán al deterioro del medio ambiente y la salud de las personas.

Cómo reciclar los electrodomésticos

Los electrodomésticos debido a su gran tamaño, en casi todos los casos, deben llevarse a un punto limpio para poder reciclarse de manera correcta. Además del punto limpio, los establecimientos están obligados por ley a recoger el viejo electrodoméstico sin importar la marca o modelo.
Para reciclar un electrodoméstico o un aparato eléctrico hay que desmontarlo y descontaminar las sustancias peligrosas que contengan. Además, todos los electrodomésticos están compuestos por piezas que pueden ser reutilizadas; entre ellos los plásticos, vidrios o metales. Estos materiales se recuperan en la primera fase del reciclado.
Posteriormente, se eliminan las lamparas, baterías y cables. A continuación, se extraen las sustancias más peligrosas que componen el electrodoméstico. Algunas de ellas son eliminadas y otras podrán ser reutilizadas.
Además del reciclado, también puedes optar por la segunda mano en los aparatos que todavía funcionen y se les pueda dar un segundo uso. Venderlos, regalarlos o bien donarlos pueden ser algunas de las opciones que tienes.
Existen muchas opciones para reutilizar o reciclar, pero nunca tirar o abandonar.

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