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Cuidar la alimentación en tu embarazo te ayudará a mantener un estado de salud óptimo en este periodo. Y es que, si siempre es importante darle a tu organismo los nutrientes que necesita, ayudarle cuando estás creando una nueva vida es aún más importante. Durante la gestación, tu cuerpo y metabolismo cambian y, con ello, también lo hacen las necesidades que tienes. A continuación te damos algunos consejos.

¿Por qué cambiar la alimentación para embarazadas?

Durante el proceso de gestación, tu cuerpo deja de funcionar de su forma habitual y comienza a prepararse para alumbrar al pequeño. Debes tener en cuenta que los cambios no solo se producen en el feto, sino en todo el cuerpo. Vas a comenzar a desarrollar tejidos en las glándulas mamarias, a engrosar las paredes uterinas, a crear placenta y a acumular más grasas para hacer frente al crecimiento del bebé.
Por otra parte, tu consumo energético también cambiará. Consumirás más calorías en reposo, ya que tu cuerpo estará desarrollando un montón de tejidos. A partir del segundo trimestre, además, aumentará tu circulación, tu respiración ¡e incluso tus intestinos se moverán más despacio para facilitar la absorción de nutrientes!
Todos estos cambios en el funcionamiento natural del organismo implican que vas a tener unas necesidades algo diferentes. Tu médico de confianza coincidirá en que debes adaptar no solo la cantidad de calorías que ingieres, sino también la proporción de algunos nutrientes claves; eso va a ayudaros, a ti y a tu bebé, a estar en un estado de salud óptimo y evitar complicaciones.

¿Cómo adaptar tu alimentación durante el embarazo?

Antes de quedarte embarazada es aconsejable que evites seguir una dieta muy restrictiva, así como un cambio de peso drástico. También te beneficiará la ingesta de vitamina D, ácido fólico, vitamina B12 y hierro. Para ello, apuesta por los lácteos sin desnatar, verduras, frutos secos, carnes y pescados.
Durante el primer trimestre no deberás hacer ningún cambio con respecto al consumo calórico. Una alimentación para embarazadas sana y equilibrada será todo lo que tu cuerpo necesita para mantenerse en un estado óptimo. A partir del cuarto mes, no obstante, se recomienda incrementar en unas 500 kilocalorías el valor energético de las comidas. Es aconsejable hacerlo a través del consumo de hidratos de carbono de absorción lenta, como legumbres o cereales integrales.
A partir del séptimo mes se recomienda reducir ligeramente los hidratos e incrementar las proteínas para favorecer la formación de tejidos del feto. Una manera de incorporarlas sin variar en exceso tus hábitos puede ser tomando en las meriendas y a media mañana unas lonchas de jamón cocido o pavo.
En cuanto a los alimentos que debes evitar, te aconsejamos que sigas siempre las recomendaciones de tu médico. No obstante, alejarse de los productos sin cocinar será una buena forma de prevenir infecciones como la toxoplasmosis.
Si tienes dudas sobre qué dieta en concreto seguir, o quieres saber más sobre la alimentación en el embarazo y los datos que hemos dado, no dudes en consultar con tu especialista en nutrición. Estará encantado de complementar estos consejos con otros adaptados exclusivamente a tu situación médica.

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