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Comer alimentos modificados genéticamente puede sonar futurista, pero no es así. Gran parte de los alimentos que comemos día a día en nuestras casas lo están y muchos de ellos son de lo más cotidianos.

¿Qué es un alimento transgénico?

Se trata de alimentos que han sido reestructurados genéticamente, una transformación en su ADN para fortalecerse y resistir las adversidades, como enfermedades de las plantas, climas adversos, el tiempo de maduración… una serie de características que gracias a esa transformación artificial han hecho que muchos de esos productos sobrevivan y se adapten a la demanda de la sociedad actual.
Pero no todo son ventajas, existen muchos detractores de la alimentación transgénica, como ONGs, naturistas…para los que los cambios en muchas de estas plantas o animales, puede acarrear serios problemas en nuestra salud o en el propio ecosistema. 

Los posibles beneficios de los alimentos transgénicos incluyen

  • Alimentos más nutritivos.
  • Contienen más sabor.
  • Son más resistentes a la sequía y a las enfermedades.
  • Necesitan menos productos químicos.
  • Aumenta en el suministro de alimentos con un menor coste.
  • El crecimiento es más rápido.

Los detractores

  • Crear alimentos que pueden causar una reacción alérgica o que son tóxicos.
  • Cambios dañinos en los productos.
  • Los genes se trasladan de una planta o animal GM a otra planta o animal que no está modificado genéticamente.
  • Alimentos menos nutritivos.
  • Preocupación por la desaparición de algunos alimentos como los conocemos hoy en día.
  • Resistencia a antibióticos.

Actualmente se cultivan ya más de 25 clases de alimentos transgénicos, aunque  también podemos encontrar flores y textiles (algodón y lino). ¿Quieres conocer cuáles son los más comunes?

  • Soja 

Es el cultivo transgénico con mayor implantación en el mundo. En Europa no se permite su cultivo y como es la base de pienso para animales, además de tener muchas aplicaciones industriales, se debe importar desde países como Estados Unidos, Brasil o Argentina.

  • Maíz 

En España el 32% del maíz que se cultiva, es transgénico. Se empezó a cultivar en 1997 y se utiliza en gran medida para la alimentación de ganado.

  • Patatas 

En Europa, junto con el maíz, son el único cultivo transgénico permitido en el viejo continente. En mayor medida se utiliza para la alimentación de ganado y la producción de almidón y alcohol.

  • Tomate  

Al igual que la patata, su transformación genética se lleva a cabo principalmente para que su durabilidad tras la recolección se prolongue.

  • Berenjena 

Para luchar contra determinados insectos que estropean esta hortaliza, se modificó de forma para que pudiera ser más resistente sobre todo al ataque de estos animales.
Muchos de estos alimentos están en nuestra nevera diariamente, los consumimos y compramos procedentes de otros países, ahora está en tu mano pensar o elegir si los productos transgénicos no han hecho la vida más fácil o nos llevaran a un cambio en nuestras dietas y en nuestra salud.

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