Atragantamientos infantiles
Una de las frases más repetidas por las madres a sus bebés suele ser “no te metas eso en la boca” y es que los niños tienen la mala costumbre de intentar meterse todo lo que pueden coger en la boca. Por este motivo, los atragantamientos suelen ser uno de los accidentes más comunes entre los bebés que, por desgracia, pueden terminar de manera trágica.
Para evitar estos accidentes, existen una serie de medidas que puedes llevar a cabo en tu hogar y mantener a tu hijo a salvo de los pequeños objetos que querrá meterse en la boca. Son medidas muy sencillas y que te pueden ahorrar un mal susto.
- Examina la zona. Para ello ponte a la altura de tu bebé, pero no metafóricamente sino tal cual. Examina todo lo que esté en el radio de acción de hijo y que pueda ser fácilmente desmontable y terminar provocando un atragantamiento.
- No dejarlo comer solo. Si le das algo al pequeño para comer, no lo pierdas de vista. Supervísalo mientras come y evita que juegue mientras tanto. Además, debes tener en cuenta la edad del pequeño para darle cierto tipo de alimentos, sobre todo, fíjate bien en el tamaño.
- Presta atención en los desplazamientos en coche. Si estás conduciendo con el pequeño en el coche, no le dejes a su alcance objetos que se pueda llevar a la boca, ni le des comida, si no puedes estar pendiente.
- No le dejes juguetes que no sean aptos para su edad. Existen muchos juguetes que se pueden desmontar en piezas pequeñas y que se pueden romper fácilmente. Comprueba la edad permitida del juguete antes de dejárselo.
- Mantén tu casa en orden. Sabemos que cuando hay niños en casa es mucho más complicado mantener el orden, pero eso no quiere decir que esté todo manga por hombro. Cuanto más desorden haya en tu hogar, más difícil será identificar los peligros que se esconden en ella.
- Aprender primeros auxilios. Es algo que nunca está de más, tanto si tienes niños como si no. Conocer la Maniobra de Heimlich o el RCP y saber cómo actuar, te puede sacar de un apuro.
Qué hacer si se atraganta tu hijo
Lo primero en este tipo de situaciones es mantener la calma para transmitir tranquilidad al pequeño y no ponerlo más nervioso.
Intenta estimularle la tos, pero sin dar golpes en la espalda. Estos golpes pueden provocar que el objeto se desplace y pase de ser un atragantamiento parcial a uno total. Si conoces la Maniobra de Heimlich, debes practicarla y ayudarle a expulsar el objeto. Siempre y cuando el niño tenga más de un año. De no ser así, esta maniobra no está recomendada.
En cualquiera de los casos, llama a emergencias.