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Para el año 2022, el cáncer de próstata será, nuevamente, el tumor más frecuente entre la población masculina, constituyendo, según un informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la segunda causa de mortalidad por este tipo de enfermedad en los varones.

El 11 de junio se celebra el Día Mundial del cáncer de próstata, una efeméride cuyo objetivo es concienciar y sensibilizar a la población masculina sobre la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento para abordar la enfermedad.

¿Cómo cambia la próstata cuando envejecemos?

La edad es un importante factor de riesgo. A partir de los 60 años, la próstata suele aumentar de tamaño (la llamada hiperplasia de próstata), ya que se trata de una glándula -localizada debajo de la vejiga, con forma de nuez- tendente a crecer con el paso del tiempo. En esta tesitura, podría oprimir la uretra y dificultar el paso de la orina.

¿Qué factores pueden provocar el cáncer de próstata?

Destacan los antecedentes de la enfermedad en padres o abuelos, la dieta rica en grasas y/o carnes rojas, el sobrepeso, la obesidad y la edad avanzada.

¿Cuáles son los síntomas y cómo se puede prevenir?

Los síntomas de un cáncer de próstata pueden manifestarse cuando ya está avanzada la enfermedad. Puede existir debilidad en el flujo de orina o necesidad de orinar muchas veces para vaciar la vejiga. Otra sintomatología contempla el dolor al orinar o la presencia de sangre en la orina o el semen. 

Ojo: la llamada hiperplasia benigna de la próstata (aumento de tamaño) puede provocar síntomas similares. En cualquier caso, siempre debemos acudir al urólogo cuando aparezcan algunas de estas señales o indicios. En la prevención del cáncer de próstata destacan el fomento unos hábitos saludables como el ejercicio regular, una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso o la obesidad. Pero lo más importante es la detección precoz acudiendo a estudios anuales a partir de los 50 años.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de próstata?

La prueba habitual es el seguimiento de la PSA en sangre (una proteína que se produce en la próstata). El aumento de esta guarda relación con una mayor probabilidad de padecer cáncer. También se pueden realizar un tacto rectal, una analítica de orina y una ecografía prostática. Cuando hay alteraciones de alguna de ellas, se realiza una biopsia prostática.

¿Cuáles son los métodos diagnósticos más avanzados?

  • El PET PSMA para el cáncer de próstata, que se emplea para detectar las recaídas después de tratamientos y para conocer la extensión de la enfermedad en el momento del diagnóstico, incluso con niveles de PSA mínimos.
  • Biopsia Fusión. Con la biopsia guiada mediante fusión (extracción y examen de una muestra de tejido realizada con resonancia y ecografía), se biopsian las zonas sospechosas, se puede acceder a zonas prostáticas poco accesibles con la técnica habitual clásica y se diagnostican hasta un 30% más de tumores agresivos. Se emplea cuando la PSA aumenta de nivel y en las biopsias clásicas no se detecta el tumor. La biopsia prostática de fusión indica con fiabilidad el tamaño y la localización de la enfermedad, por lo que se puede plantear al paciente una terapia focal dirigida a la lesión tumoral cuando otras zonas de la próstata no tratadas no contienen enfermedad clínicamente significativa. Además, la prueba es de corta duración (una media hora) y el paciente puede irse de alta a su domicilio en dos horas.

¿Cómo se trata el cáncer de próstata y qué avances podemos destacar?

El tratamiento convencional es la cirugía, la radioterapia, la terapia hormonal o sus combinaciones. Depende de varios factores como la edad y, en la actualidad, hay ocasiones en las que se prefiere una actitud conservadora con seguimiento del tumor cuando este se encuentra muy localizado, sobre todo en hombres mayores de 70 años. 

En la actualidad, hay una gran experiencia en el tratamiento del cáncer de próstata con cirugía robótica. La detección de la localización de las recaídas tras la cirugía radical, radioterapia o ambas obtenida mediante PSMA permite aplicar tratamientos mínimamente invasivos mediante cirugía robótica, resección transuretral, braquiterapia de alta tasa o electroporación irreversible, en función de la localización y características del tumor. 

El PSMA tiene un beneficio añadido para el cáncer de próstata y es la posibilidad de su empleo como agente teragnóstico. La teragnosis es el uso de la misma molécula para el diagnóstico y para el tratamiento. En el caso del PSMA se puede utilizar unida al Galio o al Flúor, para el diagnóstico, o al 177Lu (Lutecio) para el tratamiento de las mismas lesiones detectadas en el diagnóstico. 

Y el mejor consejo: ¡Acudir al especialista a partir de los 50 años!

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