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El cuerpo es muy resistente, pero a la vez es muy sensible a los cambios. Paradójico, ¿verdad? Y esto es así porque nuestro organismo necesita un tiempo para habituarse a las nuevas condiciones meteorológicas, aunque algunas personas son más sensibles que otras y las bajas temperaturas les afectan más.  

Cómo afecta a nuestro organismo

Durante los meses de más frío nuestro cuerpo es más vulnerable a ciertas dolencias ya que durante esta época el cuerpo debe hacer un esfuerzo mayor para mantener su temperatura corporal constante.

  • Al corazón. El sistema cardiovascular debe hacer un mayor esfuerzo para conservar la temperatura y empujar la sangre a los órganos vitales. Las personas con dolencias en el corazón pueden sufrir infartos y anginas de pecho debido a este exceso de actividad.
  • A las articulaciones. Seguro que conoces a alguien que sabe perfectamente cuando va a cambiar el tiempo por que sufre un dolor en una articulación. Y es que con el frío hay un descenso en la presión atmosférica que afecta más a las personas que sufren enfermedades como la artrosis.
  • A la piel. El frío provoca deshidratación en la piel y si se sufre un frío extremo puede llegar a causar sabañones -manchas rojas que se inflaman y producen picor-.
  • Al humor. El viento y la lluvia pueden acentuar síntomas de ansiedad, depresión, agresividad, dolores de cabeza… La causa de que el viento que precede a la tormenta afecte a nuestro sistema nervioso se debe a que está cargado de iones positivos que ponen en funcionamiento la zona del cerebro que controla la sensación de ataque, mientras que la brisa marina está cargada de iones negativos que produce un efecto relajante.

¿Qué ocurre cuándo la temperatura corporal desciende?

La temperatura de nuestro cuerpo se mantiene constante y debe permanecer en unos 36,5 grados centígrados, si varía por encima o por debajo es una señal de alarma de que algo está ocurriendo. Dicha temperatura está regulada por el hipotálamo gracias al sistema de nuestro cuerpo de la termorregulación.
En el cuerpo se producen diferentes reacciones debido al descenso de la temperatura como son la vasoconstricción, escalofríos, aumento de la frecuencia cardíaca y de la respiratoria y un descenso en la presión arterial.
Este descenso de la temperatura corporal se le conoce como hipotermia y dependiendo de la bajada de temperatura se catalogan según diferentes grados:

  • Leve: con una temperatura corporal entre 33 y 35 grados. Los síntomas suelen ser vasoconstricción de los vasos sanguíneos en manos y pies, escalofríos, dificultad para moverse (mayor rigidez en el cuerpo) y alteraciones de la conciencia.
  • Moderada: entre los 30 y los 33 grados. Si se sufre una hipotermia moderada los síntomas anteriores se acentúan y aparece la cianosis en las extremidades que es la coloración azul de las mismas.
  • Severa: nuestro organismo por debajo de los 30 grados comienza a fallar. Es posible que se pierda la conciencia y puede llegar a darse una fibrilación ventricular.
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