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La demencia senil es una enfermedad que provoca la pérdida de las funciones mentales de una manera grave, de tal manera que puede afectar a las actividades más básicas de la vida diaria de una persona.

Es normal ser un poco más olvidadizo cuando se va envejeciendo, pero la demencia es un trastorno más serio que eso. Conoce qué es esta enfermedad, sus síntomas y las diferentes fases en las que se manifiesta.

¿Qué es la demencia senil?

La Organización Mundial de la Salud define la demencia senil como el síndrome de naturaleza crónica o progresiva que deteriora la función cognitiva más allá de lo que lo hace el envejecimiento normal de la persona.

Se trata de una enfermedad que afecta a la memoria, a la capacidad para procesar el pensamiento, a la comprensión, al lenguaje, a la orientación, al cálculo, a la capacidad de aprendizaje y, muchas veces, al juicio.

Aunque se le llama demencia senil, esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad.

Actualmente la padecen unos 50 millones de personas en todo el mundo pero se calcula que cada año se registran diez millones nuevos de casos, lo que significa que podrían sufrirla unos 130 millones de personas en el año 2050.

Todos estamos expuestos a enfermedades imprevistas, lo que nos lleva a pensar en nuestros seres queridos, que cuidarán de nosotros en situaciones como ésta. Por eso es importante contar con un seguro de decesos que les dé tranquilidad en momentos dolorosos si nosotros faltamos. 

Síntomas de la demencia senil

Por lo general, la demencia se suele presentar a partir de los 60 años, por lo que el envejecimiento es uno de los factores de riesgo.

Está provocada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro y, según la zona afectada, tendrá unas consecuencias u otras en cada persona.

Se empieza manifestando con un deterioro cognitivo leve, pero después pueden presentarse otros síntomas de la enfermedad que se agravan con el paso del tiempo:

  • Pérdida de habilidades sociales.
  • Cambios de personalidad.
  • Comportamientos inadecuados en público.
  • Problemas para comunicarse.
  • Dificultad para recordar nombres de objetos.
  • Pérdida del sentido de la orientación.
  • Dificultad para memorizar y pensar.
  • Pérdida de la capacidad de juicio.
  • Cambios en el patrón del sueño.

En los casos más graves, también puede provocar la demencia senil alucinaciones, delirios, depresión e incapacidad para realizar actividades básicas como comer, bañarse o vestirse.

Fases de la demencia senil

La demencia senil se manifiesta de manera progresiva en las personas que la sufren. Podemos distinguir varias fases de evolución de la enfermedad:

  1. Fase inicial: Es una etapa en la que se produce un deterioro cognitivo leve. Falla la memoria a corto plazo, se complica el aprendizaje y se pueden dar cambios de humor.
  2. Fase intermedia: Es una etapa de deterioro cognitivo moderado. Falla la memoria a largo plazo, comienzan los problemas con el lenguaje y empiezan las dificultades para hacer cosas básicas como comer o vestirse.
  3. Fase avanzada: El deterioro cognitivo ya es grave e irreversible. Las personas que lo sufren se vuelven totalmente dependientes. Pierden la memoria a corto y largo plazo, no reconocen a sus familiares y tienen dificultades para cuestiones tan básicas como tragar la comida.

Se dice que el envejecimiento es un factor de riesgo para padecer esta enfermedad, pero hay otros factores que también pueden influir en su aparición como:

  • Ser una persona fumadora.
  • Sufrir una diabetes sin controlar.
  • Tener una presión arterial alta.
  • Beber demasiado alcohol.
  • Tener familiares cercanos que sufran o hayan sufrido demencia.
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