La evolución histórica de la odontología
¿Desde cuándo existe la odontología? A pesar de que no hace demasiados años que se convirtió en titulación universitaria (en España el primer título expedido data del 1900), lo cierto es que la odontología se lleva practicando desde tiempos remotos.
La odontología siempre ha estado muy ligada a la medicina, ya que cuando se presentaba algún tipo de molestia bucodental se acudía directamente al médico general.
Los primeros tratamientos de odontología se iniciaron con los antiguos mayas y egipcios, mientras que en la antigua China se empezaron a realizar las primeras aplicaciones estéticas al incrustar piedras preciosas en los dientes a modo de ornamentación. Los fenicios, por su parte, utilizaban alambres, bandas y oro para la fabricación de prótesis rudimentarias para cubrir sus necesidades funcionales y estéticas.
Pierre Fauchard es conocido como el padre de la odontología moderna, al ser uno de los primeros especialistas en mostrarse contrario a que los barberos trabajaran como dentistas realizando extracciones y blanqueando los dientes con ácido.
La anestesia fue introducida en el mundo de la odontología en el siglo XIX. Hasta entonces, intentaban disminuir el dolor de sus intervenciones utilizando sustancias como la mandrágora, el opio o el vino. El primer sillón reclinable pensado para una mayor comodidad para el paciente y el odontólogo no llegó hasta 1958.
La evolución más reciente de la odontología se ha caracterizado por grandes avances en el campo de la estética. A principios del siglo XX, la publicidad y las producciones cinematográficas proponían modelos a seguir, elevando la importancia de mantener una imagen cuidada. Actores y actrices mejoraban sus sonrisas con carillas de porcelana, blanqueamientos y todo tipo de tratamientos estéticos. Fue también entonces cuando se inventó el relleno o resina de color blanco, la pasta con la que se hacen los empastes u obturaciones.
Este auge en la demanda de tratamientos de estética dental ha propiciado que en los últimos años se hayan logrado grandes progresos en las técnicas y procedimientos. Así, todo indica que esta tendencia continúe y hace augurar un futuro lleno de mejoras en los tratamientos más avanzados, tanto de estética como de salud dental.