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Practicar una pausa activa cada dos horas mientras trabajas supone grandes benefecios para tu salud. ¿Sabías que hacerlo de manera frecuente te va a ayudar a mejorar tu productividad, prevenir lesiones y luchar contra el síndrome del burnout? A continuación te explicamos todos los porqués y te damos ideas con algunos ejemplos a seguir, tanto en tu casa como en la oficina.

La importancia de la pausa activa

Tu cuerpo no fue creado para estar sentado delante de tu ordenador mirando a una pantalla durante ocho horas seguidas. Por ese motivo son cada vez más frecuentes las lesiones. Dolores de espalda, síndrome del túnel carpiano, problemas de visión e incluso trastornos como la ansiedad y la depresión están estrechamente vinculados con una mala higiene postural o la falta de descansos cuando estás trabajando.
Cuando realizas pausas activas dinámicas o estáticas estás dando un respiro a tu cuerpo y a tu mente. Gracias a ellas puedes relajar la vista, estirar los músculos o descansar mentalmente. Y está demostrado que, haciéndolas, puedes mejorar hasta un 22 % tu productividad. Tu motivación aumentará, mantendrás una buena capacidad de concentración y prevendrás lesiones físicas. No necesitas dejar completamente lo que estás haciendo, ni tampoco prolongarlas durante demasiado tiempo. Con periodos de diez minutos cada dos horas conseguirás unos buenos resultados.

Ejemplos de pausas activas dinámicas y estáticas

Ahora que muchos estamos trabajando desde casa, saber cómo y cuándo hacer este tipo de pausas es más necesario que nunca. Al no tener compañeros de trabajo cerca, ni ninguna otra distracción, corres el riesgo de prolongar tus jornadas durante horas sin levantar la cabeza del ordenador. Te mostramos algunos ejemplos de lo que podrías hacer.

Estiramientos

Prevendrán las lesiones musculares derivadas de estar mucho tiempo sin moverte. La manera correcta de estirar es asegurándote de notar cierta resistencia en el cuerpo, sin llegar a hacerte daño. Mantén esa postura veinte segundos y cambia de parte del cuerpo. Debes concentrarte en espalda, cuello, muñecas y hombros, ya que son las zonas que más sufren.

Movimientos circulares y rotaciones de cuello

En este caso, lo que vas a conseguir es prevenir lesiones derivadas de la falta de movimiento, o de la realización de movimientos repetitivos o errores posturales. Realiza movimientos circulares de caderas, hombros y muñecas; diez repeticiones completas de cada zona. Para mover el cuello, gira la cabeza completamente a derecha e izquierda, arriba y abajo durante 20 segundos.

Meditación

Tan importante como cuidar tu cuerpo es cuidar tu mente. La práctica de la meditación de manera regular te va a ayudar a mejorar el estado de ánimo, a mantener la motivación y a luchar contra el estrés. Realiza ejercicios de respiración consciente, concentrándote en cómo tu cuerpo se mueve a medida que el oxígeno entra y sale de tus pulmones. Hacerlo durante diez minutos al día será un seguro para tu bienestar emocional y tu salud mental.
Los beneficios de una pausa activa son innegables. Incorporarlas a tu rutina será sencillo, y mejorará sensiblemente tu calidad de vida. Con algo tan sencillo como unos estiramientos y respiraciones evitarás lesiones y mejorarás los resultados de tu trabajo. ¿Te animas a probar?

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